Cuanto más urgen unos Presupuestos, menos opciones hay de tenerlos

Ni el Gobierno apuesta un duro a que habrá Presupuestos del Estado en 2026. En la repetición de eslóganes en que han convertido la práctica política en los últimos años unos y otros, el Ejecutivo insiste en que llevará al proyecto en tiempo al Congreso y que entrará en vigor en enero, con la misma poca fe que en los últimos años en los que no logró pasar de la literatura a las matemáticas. Las condiciones objetivas para sacarlo adelante, plagadas de desorbitados intereses subjetivos, son más adversas este año que el pasado, y lo serán más el que viene que el vigente, y condenarán a una legislatura huérfana de cuentas públicas cuando más necesarias son por las dificultades que encara el país: una espiral de gasto desconocida por el envejecimiento, el coste de las transiciones digital y energética y las servidumbres de la defensa en la nueva geopolítica.
Today