Lo que Díaz y los sindicatos no aprendieron de la semana de cuatro días


La propuesta del Gobierno para reducir la jornada laboral ordinaria en España a 37,5 horas semanales ha descarrilado en su primer trámite parlamentario. Las dudas empresariales, cristalizadas a través de la posición de Junts, han impedido que salga adelante una medida que genera un consenso social incuestionable. De hecho, Junts ha tenido que matizar que su rechazo no es al fondo de la medida, sino a las formas concretas de esta ley. Incluso Alberto Núñez Feijóo sostuvo que el PP estaba abierto a estudiar medidas de reducción del tiempo de trabajo si se mantenía la productividad. Así pues, ¿cómo es posible esta falta de acuerdo ante una propuesta que todo el mundo reconoce como potencialmente buena?
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