Los fabricantes de coches confían en más concesiones de Bruselas para flexibilizar los objetivos de CO2

El automóvil europeo quiere una flexibilización en los objetivos de emisiones, aunque no hay unanimidad sobre qué medidas habría que poner en marcha. Si se le pregunta a Mercedes-Benz, fabricante alemán, cuyo consejero delegado, Ola Källenius, es a su vez el presidente de la patronal europea de automovilísticas, ACEA, la firma de la estrella quiere quitar la prohibición de vender coches de combustión en 2035 y relajar los objetivos de emisiones de CO2 para 2030. Si se le pregunta a Renault, la francesa desea un cambio en el conteo de las emisiones para que se tengan en cuenta todas las emisiones desde la fabricación del coche hasta su achatarramiento, y no solo las del tubo de escape. Si se habla con otras marcas como Kia (es surcoreana, pero vende mucho en Europa) no quiere oír ni hablar de ningún cambio de cara a 2035 porque consideran que están invirtiendo mucho en movilidad eléctrica.
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