99 años de The Russian Tea Room en Nueva York: una historia de película para un escenario de película
Pocos lugares en la Gran Manzana tienen tanta leyenda como The Russian Tea Room. ¿Qué es verdad y qué es mentira de todo aquello que se cuenta sobre él? ¿Realmente Madonna fue despedida después de dos semanas trabajando en el guardarropa? No suena descabellado. ¿Escribió Leonard Bernstein allí los primeros compases de su famoso Fancy Free en una servilleta? Probablemente. ¿Sirvió comida y bebida en delantal el mismísimo Zero Mostel en un acto de extravagancia? Eso dicen. ¿Se aparecía de vez en cuando el fantasma de Anastasia, la hija del zar Nicolás II, en plenas obras de renovación? Eso suena más inverosímil. Pero también que escondan un grandísimo acuario giratorio con forma de oso polar y un árbol con huevos de Fabergé en la segunda planta y una maqueta de varios metros del Kremlin en la tercera, y damos fe de que es verdad.
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