TikTok, ‘brainrot’ y marcas registradas: la odisea legal de un fenómeno exitoso sin autor reconocido

Un tiburón de tres patas con zapatillas Nike que responde al nombre de Tralalero Tralala; Tung Tung Tung Sahur, un palo con cara, brazos y piernas que sujeta un bate béisbol; una taza de capuchino con tutú y zapatillas de punta llamada Ballerina Cappuccina. Todos forman parte de una singular familia de criaturas surrealistas generadas por inteligencia artificial (IA) que son el emblema de un fenómeno bautizado como italian brainrot —el último término se puede traducir como podredumbre cerebral— que se han vuelto virales gracias a la participación masiva de usuarios de TikTok. Una ola mediática —impulsada por la generación Z— estampada en cromos, camisetas, peluches y todo tipo de artículos que ilustra con claridad los desafíos a los que se enfrentan creadores y titulares de marcas para proteger sus derechos en la era de la IA.
Zapatillas Nike y ropa de Dior

Tralalero Tralala, el tiburón con tres piernas y zapatillas Nike, es un ejemplo claro del uso de marcas renombradas en la creación de personajes con inteligencia artificial (IA). Los solicitantes de la nueva marca deberán extremar la cautela al incluir logotipos —como el icónico swoosh de Nike, inspirado en el ala de la diosa griega Niké— si no quieren exponerse a litigios. “El titular de estos derechos puede oponerse al registro o ejercer acciones legales por la utilización no autorizada en el tráfico económico”, advierte Enrique Jacobo, abogado de Elzaburu. No es casualidad que los muñecos de este tiburón a la venta en Amazon luzcan zapatillas sin logotipo. Pero, no todos los usos están prohibidos, “especialmente cuando no se realiza con fines comerciales directos y se actúe de buena fe”, matiza Pablo López, director de marcas & Brand intelligence en Pons IP. La legislación europea de marcas permite utilizar estas marcas siempre que se actúe de buena fe y “no se usen para distinguir productos en el mercado ni creen confusión con la marca original”, explica el abogado. En el caso de las marcas, advierte Jorge Oria, director de servicios legales de ClarkeModet, "hay que recordar que la parodia o el pastiche no son figuras de aplicación y por tanto, la reproducción de un signo de una marca, que suelen ser renombradas, sin autorización sigue siendo ilícita".
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