El apetito inversor por la deuda española resta atractivo a los créditos del fondo de recuperación

El calendario aprieta y Bruselas mete prisa. A cerca de un año para que finalice el mecanismo de recuperación europeo, España solo ha solicitado el 45% de las ayudas que tiene asignadas entre subvenciones y préstamos, un cañonazo inédito de recursos que la UE lanzó en 2021 para acelerar la recuperación pospandemia. Con las hojas del calendario que van cayendo, la Comisión Europea ha instado esta semana al Gobierno a que pise el acelerador, al igual que a otras 14 capitales que van igual o más rezagadas. Pero la situación no es hoy la misma que hace cuatro años. España crece ahora con fuerza, ha mejorado los marcados desequilibrios presupuestarios originados por la crisis y hay un creciente apetito inversor por su deuda pública, lo que quita atractivo a la parte del fondo vinculado a los créditos. De hecho, el Ejecutivo ya ha avanzado que priorizará agotar las transferencias directas en esta recta final del plan.
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