Los supervisores europeos de los mercados ven fallos en las políticas de sostenibilidad de las gestoras de activos


La inversión bajo criterios de sostenibilidad, buen gobierno gobierno corporativo y responsabilidad social —los tres pilares de lo que se conoce como inversión ESG— ha calado en el conjunto de la industria europea de gestión de activos. La comercialización de fondos con la etiqueta ESG se ha vuelto parte imprescindible de la oferta del sector, aunque aún quede largo camino por recorrer en una tipología de inversión relativamente reciente y que en la actualidad no despierta entre los inversores el elevado interés de años atrás. Así, la evaluación del cumplimiento de la normativa que regula las inversiones ESG, emprendida por el regulador europeo ESMA junto a reguladores nacionales como la CNMV español, da un aprobado general al sector aunque advierte de numerosos puntos de mejora, tanto en la aplicación real de los riesgos de sostenibilidad en la gestión como en la información al cliente.
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