Fraude interno: el coste invisible que erosiona a las empresas


El fraude interno se ha convertido en una de las amenazas más extendidas dentro de las organizaciones. A diferencia de los grandes escándalos financieros, este fenómeno se infiltra en la rutina diaria y, al menos por un tiempo, puede pasar inadvertido. Un justificante inflado, una factura duplicada o un gasto personal presentado como corporativo son prácticas aparentemente menores que, repetidas en el tiempo, erosionan resultados y minan la confianza en la empresa.
Las malas prácticas golpean más allá de los números
Impacto económico: pérdidas acumuladas que afectan la rentabilidad y pueden comprometer la cuenta de resultados y, en el peor de los casos, la sostenibilidad de la empresa.
Menoscabo reputacional: impacto sobre la imagen ante inversores, clientes y proveedores.
Erosión de la cultura corporativa: y también de la moral del equipo, especialmente si la práctica se tolera desde mandos medios o directivos.
Complicaciones legales: posibles sanciones costosas, inspecciones o acciones judiciales que comprometen la reputación corporativa.
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