Las claves: el tope a los alquileres se votará con los pies, y la baja médica ‘mediopensionista’
El reparto de las responsabilidades entre los distintos niveles de la Administración sirve con mucha frecuencia para que no estén claras, de modo que unos y otros puedan evadirlas con más facilidad. El ámbito de la vivienda es un ejemplo viviente: la nueva ley del ramo, aprobada en las Cortes, no obliga a las comunidades autónomas a limitar los alquileres de las zonas tensionadas, solo lo permite; pero el Gobierno está empeñado en que las regiones lo hagan, y para ello premiará a aquellas que le hagan caso. En la práctica, es lo mismo que castigar a las que no, aunque el Ejecutivo use ahora un lenguaje más simpático. No está claro cómo lo materializará. El fondo de la cuestión es, en todo caso, si la medida es eficaz o no. La Generalitat de Cataluña dice que los primeros datos indican que sí, pero habrá que analizar todo el contexto: por ejemplo, si, como dicen los agentes inmobiliarios, solo es una regresión a la media después de una gran subida preventiva el año pasado. De todas maneras, tampoco habría que poner tanto énfasis en que todas las regiones lo apliquen: si realmente es efectivo, las que lo hagan resultarán más atractivas y atraerán inmigración de las que no.
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