Las empresas no cotizadas se acercan a las mejores prácticas de gobernanza
El buen gobierno corporativo, el conjunto de principios y prácticas que rigen la gestión de una empresa, ha pasado de ser una obligación para las compañías cotizadas a convertirse en una herramienta necesaria para cualquier tipo de empresa. Mediante su aplicación se garantiza la transparencia, la responsabilidad y la equidad en la relación con los grupos de interés, condición indispensable para el éxito empresarial.
Obligaciones y recomendaciones
Actualmente, cuando se abordan cuestiones de buen gobierno corporativo, el foco se pone sobre las sociedades cotizadas, ante la necesidad de reforzar la confianza de sus estructuras y del funcionamiento de sus órganos de gobierno, para poder operar con garantías en los mercados de valores. Así, en 2021 Aenor lanzó la primera solución de certificación en materia de buen gobierno corporativo que, a día de hoy, ha respaldado las buenas prácticas de empresas de gran calado dentro la Bolsa española como Prosegur, Banco Santander, CaixaBank o Enagás, entre otras.
La certificación se compone de 9 variables y estas, a su vez, contienen 41 indicadores. Para cada indicador se han establecido los criterios de medición y las puntuaciones correspondientes. Cada variable acumula la puntuación obtenida en sus indicadores y la suma de los resultados de todas las variables permite llegar al resultado final con un máximo de 1.000 puntos.
Las obligaciones en la materia las impone especialmente la Ley de Sociedades de Capital de 2014, que va incrementando el nivel de exigencia, como hizo con la reforma de 2021. Para completar estas obligaciones, la CNMV ha establecido una serie de recomendaciones en su Código de Buen Gobierno, actualizado en 2020. Este código ha sentado las bases para la aplicación de buenas prácticas en este ámbito, y contiene una evolución de las obligaciones hacia las mejores prácticas en la materia.
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