El repunte de la inflación en el Reino Unido agrava la presión sobre el Gobierno de Starmer
Hasta los más firmes defensores del nuevo Gobierno laborista del Reino Unido comienzan a sospechar que después de la tormenta no llegará la calma. Desde que la ministra de Economía, Rachel Reeves, presentó hace casi dos meses un presupuesto con una carga fiscal superior a los 48.000 millones de euros, la mayoría sobre los hombros de los empresarios, las malas noticias económicas se han acumulado. La Oficina Nacional de Estadística (ONS, en sus sigla en inglés) ha publicado este martes el dato de inflación de noviembre. El IPC ascendió del 2,3% al 2,6%. Los analistas y los mercados ya habían anticipado esa subida, pero sigue siendo un jarro de agua fría para el Gobierno de Keir Starmer. Entre otras razones, porque el dato aleja la posibilidad de que el Banco de Inglaterra recorte de nuevo el tipo de interés, hoy en el 4,75%, en su reunión del próximo jueves.
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