Los expertos alertan sobre la necesidad de un pacto para sostener las pensiones

El sistema público de pensiones español afronta dos desafíos disruptivos: el envejecimiento demográfico, con la jubilación masiva de la generación baby boom (nacidos entre 1958-1977), y la transformación digital que altera el empleo y la financiación contributiva. Aunque España no es aún una sociedad envejecida —el 20% supera los 65 años, que en 2060 supondrán al 35% en 2060—, el aumento de la esperanza de vida (hasta 91 años para hombres y 94 para mujeres en 2066) y la baja natalidad (1,12 hijos por mujer) presionan el modelo de reparto. La inmigración mitiga el declive poblacional, pero el pico de gasto en pensiones alcanzará el 17,3% del PIB en 2051, el más alto de la UE. Estas son las principales conclusiones del estudio La viabilidad del sistema de pensiones español, presentado hace unos días por la Fundación Justicia Social (FJS).
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