Energéticas en la era Trump: rentabilidad que resiste y saca partido de la volatilidad


La compra de petróleo y gas a Estados Unidos se incluye en el vasallaje que Donald Trump está exigiendo a sus socios comerciales a la hora de establecer su política de aranceles. Así ha sucedido con la Unión Europea, que ha pactado adquirir a EE UU energía por 750.000 millones de dólares en tres años, una cuantía improbable y difícilmente asumible —es necesaria una infraestructura para tal volumen de importación que hoy no existe y que dispararía la dependencia energética con Washington— pero que revela el enorme interés de la Casa Blanca por su industria de combustibles fósiles. Una apuesta que está influyendo en los últimos meses en el precio del petróleo y el gas y que está poniendo en el mapa a la industria petrolera, al tiempo que desde EE UU avanza el declive de la inversión con criterios de sostenibilidad.
Today