La edición de Madrid dejó al Primavera Sound un agujero de 16,7 millones en 2023 y puso el festival al borde de la disolución

El Primavera Sound celebró en 2023 una edición bicéfala, con un fin de semana en su ciudad natal, Barcelona, y otro en Madrid, ciudad a la que el festival decidió expandirse tras una serie de desencuentros con el gobierno municipal de la capital catalana. La edición de Madrid sufrió toda clase de infortunios —daños por las lluvias, cancelación de la primera jornada, costes elevados por la guerra de Ucrania y serios problemas de movilidad para ir y volver de Arganda del Rey, donde se celebraba el evento—. Al acabar, los organizadores anunciaron que no repetirían. Las cuentas consolidadas de la compañía correspondientes al ejercicio 2022-2023 muestran que la razón económica para no volver a Madrid fue de peso: esa edición supuso un agujero de 16,7 millones de euros y abocó al festival a tener un resultado neto negativo de 21,9 millones. Todo ello, junto con una elevada deuda, unas reservas insignificantes y la falta de liquidez, llevó a la firma que auditó las cuentas, Auren, a señalar que existía una “incertidumbre material que puede generar dudas significativas sobre la capacidad del grupo para continuar como empresa en funcionamiento”. La empresa entró en los supuestos legales por los que una compañía debe disolverse, y si no lo hizo fue gracias a las moratorias de los decretos que permiten no tener en cuenta las pérdidas durante la pandemia.
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