La lavanda se marchita

En cuatro hectáreas en el municipio toledano de El Romeral, Manuel Escudero ha levantado una fila sí y tres no de la lavanda que tenía echada. Ahí ha plantado olivos para que vayan creciendo, porque a la aromática no le ve futuro. “El año pasado esa finca la dejé sin segar porque el coste de la máquina de segar, el transporte a la destiladora y la destilación me costaba más de lo que iba a sacar”, dice por teléfono Escudero, dueño de Lavanda en Flor. No es el único. El desplome de los precios ha sumido al sector de la lavanda y el lavandín (un híbrido con espliego) en una crisis. “Desde el punto de vista del cultivo y de la destilación, es decir, de la producción de los aceites esenciales, estamos en una situación crítica”, dice Abelardo Carrillo, productor y presidente de la Asociación Nacional Interprofesional de Plantas Aromáticas y Medicinales (ANIPAM).
Today