Seis de cada diez directivas en España han sufrido discriminación salarial

Los estereotipos de género “persistentes” siguen sin despegarse del entorno laboral y afectan a todos los escalafones de las organizaciones, también al vértice de la pirámide. Y lo mismo ocurre con la brecha salarial. De hecho, según el estudio Género y liderazgo: Abordando sesgos, oportunidades y cambios, elaborado por el Instituto de Investigación de Capgemini, el 62% de las directivas españolas aseguran que han sufrido discriminación salarial por cuestión de género en sus empresas, un dato que sitúa a España en peor posición respecto a la media de los 11 países analizados, donde el 53% de las mujeres aprecia sesgos negativos en la remuneración. Eso sí, tanto en España como en el resto del mundo, cuatro de cada diez varones en puestos ejecutivos admiten haber recibido ventajas retributivas por ser hombres.
La igualdad causa cansancio
Esade también ha abordado en su último Gender Monitor de 2025 la situación de la paridad de género en la dirección de las empresas españolas. Y ha llegado a una conclusión preocupante: aunque la igualdad sigue avanzando, un 70% de las 1.500 ejecutivas encuestadas advierte de la aparición de fatiga respecto a todo lo relacionado con la diversidad, equidad e inclusión (DEI). Un cansancio que achacan a la excesiva politización del discurso, a las iniciativas superficiales que impulsan las compañías y a la desconexión entre las declaraciones públicas y las prácticas reales de las organizaciones.
Las ejecutivas siguen percibiendo barreras estructurales y culturales que limitan el acceso de las mujeres a los máximos niveles de responsabilidad. Existe un claro desajuste entre el mensaje de las corporaciones y el impacto real de las medidas que implementan para mejorar la igualdad en las empresas. De hecho, más de cuatro de cada diez directivas encuestadas indican que siguen sin percibir cambios en sus centros de trabajo tras la introducción de los planes de igualdad. Los sesgos inconscientes, los impedimentos para conciliar vida personal y profesional y la falta de reconocimiento son las principales barreras que han detectado para ello.
Sin embargo, las desigualdades más habituales que perciben en su día a día tienen que ver con la brecha salarial y la falta de visibilidad en el trabajo, además de las denominadas microdesigualdades cotidianas. El 82% de las mujeres cree que el acceso a puestos de alta responsabilidad sigue favoreciendo a los hombres. Y las principales barreras para la promoción continúan siendo los sesgos inconscientes (27%), la dificultad de conciliación entre vida personal y profesional (17%), y la falta de reconocimiento (12%).
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