Así trabaja una agencia de OnlyFans desde Coslada: comisiones del 50% y un negocio de millones de euros con el sexo
Todo ocurre en la nave de un polígono industrial de Coslada. Desde fuera, nada hace pensar que lo que sucede dentro guarda la más mínima relación con el sexo. Y desde dentro, tampoco: No solo Fans perfectamente podría ser una agencia de imagen convencional. Las modelos caminan maquilladas y vestidas de aquí para allá, y el ruido de las conversaciones sobre estrategia de promoción solo se ve interrumpido de vez en cuando un cámara pide silencio para grabar una toma. Pero No solo Fans no es, ni mucho menos, una agencia convencional. De hecho, poco de lo que sucede allí es convencional. La empresa es una agencia de modelos de OnlyFans, la plataforma que saca negocio de poner en contacto a creadores (en su mayoría mujeres) de contenido sexual con clientes (en su mayoría hombres) dispuestos a pagar por medio de suscripciones. La dirige Mark Rakhilkin, un empresario ruso de 21 años que aprovechó el estallido de la guerra en Ucrania para abrirse paso en el sórdido y lucrativo negocio del sexo.
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