Las empresas gestoras de residuos electrónicos invierten en nuevas plantas y abren líneas de negocio para reciclar paneles solares o baterías
Cuatro trabajadores con mono, gafas, cascos y mascarillas desmantelan a mano móviles, datáfonos y unas CPU (unidad central de procesamiento de un ordenador). Huele a goma quemada y el ruido es ensordecedor. Algo habitual en una planta de tratamiento de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) y pilas. En Recyberica Ambiental, una instalación de 15.600 metros cuadrados en el polígono industrial Casablanca, en Torrejón de Ardoz, a media hora de Madrid, la jornada es frenética. El trajín de camiones, carretillas y de excavadoras garra no para. Tampoco el crujido de las máquinas trituradoras.

Cifras e iniciativas
En el mundo. La digitalización ha disparado el uso de dispositivos electrónicos en el mundo. Sin embargo, ese aumento creciente no va a la par con la recogida y el reciclaje de los residuos que genera, avisa el informe Observatorio internacional sobre residuos electrónicos publicado el año pasado. Así, de los 62.000 millones de kilogramos de basura de este tipo que se genera a escala global (7,8 kg por habitante en promedio), apenas el 22,3% –13.800 millones de kilogramos– se recoge y recicla de forma adecuada, desvela el documento elaborado por el Instituto de las Naciones Unidad para la Formación Profesional y la Investigación (Unitar), el Programa para Ciclos Sostenibles (Scycle), la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y la Fundación Carmignac con datos de 2022.
En Europa. Los europeos tiran anualmente 1.000 toneladas de materiales críticos, especialmente aquellos que contienen tierras raras y que son claves para la transición o la industria tecnológica, según un informe reciente del Foro de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE). En el continente se generan alrededor de 20 kilos de residuos por persona al año, pero solo el 56% se trata conforme a la normativa europea, recoge el documento. El tratamiento inadecuado o su ausencia influye en dichas pérdidas, recalca.
En España. En verano se lanzó en España el movimiento Re-Úsalo, una alianza impulsada por Ikea, Vinted, Wallapop, Milanuncios, Aeress y Foro Nesi para impulsar la reutilización, la reparación y la durabilidad frente al consumo ultrarrápido y favorecer así un cambio en el modelo de consumo de una forma transversal. “El movimiento aborda la reutilización desde una perspectiva transversal, que incluye sectores como el de mobiliario, electrodomésticos y electrónica, ámbitos que concentran gran parte del consumo y, por tanto, del potencial de impacto ambiental y social”, comentan. La concienciación del consumidor también es clave.
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