Los impuestos y la deuda están para financiar el porvenir, no el pasado
En teoría la caja de las pensiones tiene un déficit anual del 0,5% del PIB (unos 8.500 millones de euros), pero en la práctica, supera con holgura el 3% (más de 50.000 millones). Aparentemente tiene un pequeño problema puntual que se solventará sin gran esfuerzo, pero la realidad esconde un insaciable Gargantúa que tras ingerir su ración de cerca de 200.000 millones de euros en cotizaciones necesita otros 50.000 que le proporcionan los impuestos y el Tesoro para saciar su crónica y creciente bulimia. Un problema nada pequeño, por tanto. Un problema cuya solución se retrasa sine die porque da pavor político afrontarlo, y se trampea tirando de los impuestos como si fuesen recursos destinados a financiar el pasado, cuando deberían focalizarse en el futuro, en la educación, en la inversión, en la industrialización.
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