Unos tipos más bajos ayudarán al crecimiento, pero no a Alemania
Las reducciones de los tipos de interés, las pasadas y las esperadas, pretenden evitar una contracción económica, favorecen los salarios reales y reducen los costes de financiación a empresas y familias, y esto libera recursos para usos alternativos. Sin embargo, los problemas de la mayor economía de la zona euro, Alemania, no se van a resolver con tipos más bajos. Los confinamientos movieron la demanda de los servicios a los bienes, y ese desplazamiento aumentó la presión sobre una economía que ya soportaba una alta tensión por los incentivos fiscales y monetarios sin precedentes, inyectados en sucesivas ocasiones desde 2012 para sostener la demanda. En consecuencia, como la producción no ha aumentado lo suficientemente rápido como para cubrir esa demanda, se han disparado los precios en algunos sectores, provocando una alta inflación y crecimientos divergentes.
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