“¡Llamadme Olli!”: la brecha entre los sueldos y la situación de Volkswagen
Le gusta pasar por sencillo y campechano. “Hola, soy el Olli, llamadme Olli”. Oliver Blume es el CEO de Volkswagen, la empresa de automóviles que se ha convertido en el ejemplo de un modelo empresarial que se agarró demasiado tiempo a garantías de ocupación laboral y pospuso su modernización. VW no vende lo suficiente porque sus coches son caros y poco atractivos. Entre tanto, Blume es el directivo mejor pagado de todos los jefes de consorcios que cotizan en el índice bursátil alemán DAX. ¿Es justo cobrar tanto cuando el consorcio baraja reducir salarios, cerrar tres fábricas y despedir a 10.000 trabajadores? Que renuncie a parte de los millones que cobra, se lee estos días en los medios de comunicación alemanes. Ya la pasada primavera el grupo directivo decidió reducir en un 5% sus sueldos fijos. Ahora se sugiere que podrían recortarlos un 20% o un 30% y apenas lo notarían.
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