Abogados en el cine y las series: cómo protegen guiones y facilitan la financiación
Diciembre es un mes frenético para los asesores legales de producciones audiovisuales. El motivo es que la recta final de año es una carrera para cerrar la mayoría de los proyectos en los que se aplican incentivos fiscales. “La intensidad y la carga de trabajo es enorme y, por tanto, la presión”, reconoce Inés de Casas, abogada asociada del área de media & entertainment de Elzaburu, una firma especializada en propiedad intelectual e industrial. El despacho dirigido por Mabel Klimt ha asesorado recientemente documentales estrella como Soy Georgina (Netflix) e Isabel Preysler: mi Navidad (Disney +) y películas como Culpa mía (Amazon Prime) y Amanece en Samaná (en cartelera).
Un seguro antidramas
Un vaso de Starbucks se convirtió hace años en el protagonista del último capítulo de la conocida serie Juego de tronos. Nadie se percató de que uno de los recipientes del catering contratado para el rodaje se veía al fondo de una de las escenas al lado de Daenerys. Pese a que el director artístico negó que se tratara de un café de la multinacional de la sirena sino de un té de una cafetería local y que la magia del software borró todo vestigio del intruso, el impacto mediático fue millonario. Para evitar que cualquier pequeño error como este salga muy caro se puede firmar un seguro de errores y omisiones (E&O). La póliza proporciona protección frente a posibles reclamaciones de terceros relacionadas con derechos de propiedad intelectual, industrial o de imagen. “Para emitir la póliza se solicita un informe que certifica que en el proyecto se han recabado todas las autorizaciones y cesiones de derechos necesarias”, explica Inés de Casas, de Elzaburu.
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