La Cámara Baja de Texas aprueba un nuevo mapa de distritos que busca afianzar el dominio republicano en el Congreso de cara a las legislativas de 2026

La Cámara de Representantes de Texas ha aprobado el rediseño del mapa de distritos del Congreso de Estados Unidos exigido por el presidente Donald Trump y que podría dar ventaja al Partido Republicano en las elecciones legislativas de 2026.
Trump había impulsado esta revisión extraordinaria a mediados de la década para dar a su partido más posibilidades de conservar la Cámara de Representantes de EE.UU. en 2026, ya que está previsto que permita a los republicanos hacerse con hasta cinco escaños más el año próximo.
Los mapas aún deben ser aprobados por el Senado estatal, controlado por los republicanos, y firmados por el gobernador republicano Greg Abbott, antes de que sean oficiales.
La redistribución de distritos suele tener lugar cada 10 años tras la publicación del censo nacional. Los distritos de la Cámara de Representantes se reparten entre los estados en función de su población.
A medida que los estados crecen, pueden ganar escaños. Pero si su población disminuye en comparación con la de otros estados, pueden perder escaños. En este caso, los distritos de Texas están siendo manipulados, es decir, redibujados, por puro interés partidista.
Tanto republicanos como demócratas han recurrido en el pasado a esta maniobra, conocida en Estados Unidos como 'gerrymandering', pero los republicanos se han mostrado más agresivo a la hora de beneficiarse de este proceso, al dibujar distritos que diluyen poblaciones mayoritariamente negras y latinas en mapas dominados por votantes blancos, tradicionalmente más favorables al Partido Republicano.
Los republicanos de Texas han reconocido abiertamente que actúan en interés de su partido. "El objetivo subyacente de este plan es claro: mejorar las posibilidades políticas de los republicanos", dijo el representante estatal Todd Hunter, autor de la propuesta de ley que crearía formalmente el nuevo mapa.
Los demócratas de la Cámara de Representantes de Texas, que habían intentado desbaratar el nuevo trazado, lograron retrasar la votación dos semanas abandonando el estado a principios de este mes para privar a los conservadores del quorum necesario para llevar la votación. A su regreso se les puso bajo vigilancia policial para garantizar su asistencia a la sesión del miércoles.
Tras casi ocho horas de debate, Hunter volvió a tomar la palabra para resumir toda la disputa como una simple disputa política. "A todo aquel que nos escuche, ¿cuál es la diferencia? Que a los republicanos les gusta y a los demócratas, no". Los demócratas dijeron que el desacuerdo iba más allá de intereses de partidistas.
"En una democracia, la gente elige a sus representantes", dijo el representante demócrata Chris Turner. "Este proyecto de ley le da la vuelta a eso y deja que los políticos en Washington DC elijan a sus votantes".
Los demócratas destacaron que, en cada década desde los años 70, los tribunales han determinado que la legislatura de Texas violó la Ley del Derecho al Voto en todas y cada una de sus propuestas de redistribución de distritos, y que los grupos de derechos civiles aún mantienen una demanda activa con alegaciones similares contra el mapa de 2021 presentado por los republicanos.
El 'gerrymandering' como herramienta electoral
El juego de poder republicano ha agravado la disputa que ya existe a nivel nacional, puesto que ahora los legisladores estatales demócratas se preparan para reunirse en California el jueves para revisar el mapa de su estado y rediseñar cinco escaños que previsiblemente favorecerán a los demócratas.
"Este es un nuevo Partido Demócrata, este es un nuevo día, esta es una nueva energía en todo el país", dijo el gobernador de California, el demócrata Gavin Newsom, en una llamada con periodistas el miércoles. "Y vamos a combatir el fuego con fuego".
El nuevo mapa de California tendría que ser aprobado por los votantes en unas elecciones especiales, previstas para noviembre, ya que el estado delega generalmente los rediseños de distrito en una comisión independiente para evitar precisamente el mismo tipo de reyerta política que se está produciendo en estos momentos.
El propio Newsom, al igual que el expresidente de EE.UU. Barack Obama, apoyó en 2008 la propuesta para delegar ese proceso. Pero en una señal de la determinación cada vez más firme de los demócratas, Obama ha respaldado el plan de Newsom de redibujar el mapa de California, afirmando que era un paso necesario para contrarrestar la maniobra del Partido Republicano en Texas.
"Creo que es un enfoque inteligente y mesurado", consideró Obama durante una recaudación de fondos para el principal brazo de redistribución de distritos del Partido Demócrata.
"He tenido que debatirme con mis preferencias, que sería que no cayéramos en el 'gerrymandering' político, pero lo que también sé es que si no respondemos eficazmente, entonces esta Casa Blanca y los gobiernos estatales controlados por los republicanos en todo el país, no se detendrán, porque no parecen creer en esta idea de una democracia inclusiva y expansiva", añadió.
Sin embargo, son más los estados gobernados por demócratas que tienen sistemas de comisiones como el de California u otros límites a la redistribución de distritos que los republicanos, lo que deja al Partido Republicano con una mayor libertad para redibujar rápidamente los mapas. Nueva York, por ejemplo, no puede trazar nuevos mapas hasta 2028, e incluso entonces, sólo podría hacerlo con la aprobación de los votantes.
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