¿Fue el funeral de Charlie Kirk un punto de inflexión para Donald Trump y el movimiento MAGA?

Fue parte homenaje y parte grito de guerra. Durante más de cinco horas, las figuras más influyentes del universo de Donald Trump se congregaron a las afueras de Phoenix para dirigirse a los fieles del movimiento 'Make America Great Again'.
Pidieron a las decenas de miles de asistentes, y al país en general, que mantuvieran viva la misión conservadora de Charlie Kirk: movilizar a la juventud estadounidense e inyectar más cristianismo en la política nacional.
"Llevar el Espíritu Santo a un mitin de Trump siempre fue su sueño", recordó Tyler Bowyer, directivo de Turning Point Action, la organización que Kirk fundó en 2019. Y la atmósfera del estadio, más cercana a una mega iglesia que a un memorial solemne, dio fe de ello.
Trump presentó al activista asesinado como un "mártir", alguien que luchó en el campo de batalla político y cayó víctima de la violencia. Para algunos, su discurso sonó combativo; para otros, nervioso.
La muerte de Kirk, a los 31 años, ha golpeado como nunca al entorno presidencial. En él veían un discípulo fiel, dedicado a ganar para la causa conservadora a un grupo clave, pero inestable: los jóvenes, que en 2024 ayudaron a Trump y que su sucesor necesitará en 2028.
Muchos oradores expresaron la esperanza de que su muerte revitalice la alianza conservadora-evangélica de cara a las elecciones legislativas y presidenciales de 2026 y 2028. Entre los 100.000 asistentes, gran parte pertenecía precisamente a la franja joven que Kirk buscaba atraer. La incógnita ahora es si su legado se traducirá en más votos.
Un momento delicado para Trump
El homenaje llegó en un contexto político frágil para Trump. Las primarias de mitad de mandato se acercan y las encuestas muestran un creciente malestar social. Según un sondeo de AP-NORC, realizado tras el asesinato de Kirk, solo el 49% de los republicanos cree que el país va en la dirección correcta, frente al 70% de junio. El desplome es más acusado entre mujeres y menores de 45 años, el mismo electorado que Kirk intentaba consolidar.
En general, apenas una cuarta parte de los estadounidenses cree que el país avanza en buen rumbo, frente al 40% registrado hace unos meses. La violencia política y la discordia social aparecen entre las causas, junto a preocupaciones habituales como la economía y el empleo.
El desgaste se refleja en la valoración de Trump. El 62% de los encuestados desaprueba su gestión económica, un salto de casi diez puntos respecto a agosto. Un 63% rechaza su política comercial. Datos similares ofrece una encuesta del 'Washington Post'–Ipsos: el 64% rechaza sus aranceles y el 59% su manejo de la economía en general.
El malestar económico es general: más de dos tercios de los estadounidenses califican la situación de "mala" o "no tan buena". Cuando la presentadora de 'Fox News', Martha MacCallum, preguntó a Trump por estos números, el presidente respondió con ironía: "Las encuestas de 'Fox' son las peores que he tenido nunca… Le dije a Rupert Murdoch que buscara un nuevo encuestador, porque este apesta".
Pese a los vientos en contra, los estrategas republicanos confían en que la conmoción por el asesinato de Kirk galvanice a las bases. "Lo que Charlie inició fue un movimiento masivo, probablemente más decisivo que nadie en el voto joven de 2024", aseguró Joe Mitchell, fundador de Run GenZ. "Su muerte lo multiplicará por diez".
En los días posteriores, ya se ha registrado un aumento de donaciones y de voluntarios. "Estamos comprometidos a continuar el movimiento de Charlie Kirk, que inspiró a una nueva generación de conservadores", subrayó Mike Marinella, portavoz del Comité Nacional Republicano del Congreso.
Today