Se abren las urnas en Moldavia en unas tensas elecciones parlamentarias plagadas de denuncias de injerencia rusa

Los moldavos acuden a las urnas para votar en lo que muchos consideran unas elecciones parlamentarias cruciales, con mucho en juego y una cuestión central: ¿optará el país por integrarse en la Unión Europea o por volver al redil de Moscú?
La votación del domingo elegirá un nuevo Parlamento de 101 escaños, tras lo cual el presidente de Moldavia nombrará un primer ministro, generalmente del partido o bloque más votado, que intentará formar un nuevo Gobierno. El Gobierno propuesto necesita entonces la aprobación parlamentaria.
La tensa carrera enfrenta al gobernante Partido de Acción y Solidaridad (PAS), prooccidental, que mantiene una sólida mayoría parlamentaria desde 2021 pero corre el riesgo de perderla, con varios oponentes favorables a Rusia, pero ningún socio proeuropeo viable.
La falta de más candidatos proeuropeos y las denuncias de fuertes injerencias rusas antes de la votación han creado una ola de incertidumbre sobre los posibles resultados y el rumbo geopolítico que tomará el país.
Moldavia es un país sin salida al mar situado entre Ucrania y Rumanía, miembro de la Unión Europea. El país, de unos 2,5 millones de habitantes, ha emprendido en los últimos años un camino hacia el oeste y obtuvo el estatus de candidato a la UE en junio de 2022, pocos meses después de que Rusia lanzara una invasión a gran escala de Ucrania.
El primer ministro moldavo, Dorin Recean, advirtió de que Rusia está gastando "cientos de millones" de euros como parte de una supuesta "guerra híbrida" para tratar de hacerse con el poder, que describió como "la batalla final por el futuro de nuestro país".
"Hago un llamamiento a cada moldavo en su país y en toda Europa: No podemos cambiar lo que hace Rusia, pero podemos cambiar lo que hacemos como pueblo", afirmó. "Conviertan la preocupación en movilización y acción reflexiva... Ayuden a detener sus planes".
Las supuestas estrategias rusas incluyen una operación de compra de votos a gran escala, ciberataques a infraestructuras gubernamentales críticas, un plan para provocar disturbios masivos en torno a las elecciones y una amplia campaña de desinformación en internet para restar apoyo al partido gobernante proeuropeo y decantar a los votantes hacia candidatos afines a Moscú.
Rusia ha negado reiteradamente su injerencia en Moldavia y la semana pasada tachó las acusaciones de "antirrusas" y "sin fundamento". Las autoridades han advertido de que la jornada electoral moldava podría ser blanco de falsas amenazas de bomba, ciberataques, cortes temporales de electricidad y violencia callejera por parte de individuos entrenados.
Las fuerzas del orden han llevado a cabo cientos de redadas en vísperas de la votación, deteniendo a muchas personas de las que sospechan que planean causar perturbaciones en las elecciones del país. También se espera que la gran diáspora moldava desempeñe un papel decisivo en el resultado del domingo.
En la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del año pasado, que también se consideró una elección entre Oriente y Occidente, un número récord de 327.000 votantes emitieron su voto en el extranjero, de los cuales más del 82% se decantaron por la presidenta prooccidental Maia Sandu, lo que acabó asegurando su reelección. Un oponente clave del PAS es el pro-ruso Bloque Patriótico Electorl, un grupo de partidos políticos que quiere "amistad con Rusia" y "neutralidad permanente".
Otros partidos son el populista Nuestro Partido, que quiere una "política exterior equilibrada" entre Oriente y Occidente, y el Bloque Alternativa, que se proclama proeuropeo, pero que, según los críticos, buscaría estrechar lazos con Moscú.
La situación económica del país también está en el punto de mira de los votantes en este ciclo electoral. La inflación galopante y el empeoramiento de la crisis del coste de la vida, junto con los altos índices de pobreza, pueden haber restado apoyo al partido gobernante en el poder, fundado por Sandu en 2016.
Sin embargo, la mayoría de las encuestas locales prevén que el PAS gane la mayoría de los votos, pero estas encuestas no tienen en cuenta la gran diáspora. Las encuestas también han reflejado que alrededor de un tercio de los votantes siguen indecisos en los días previos a las elecciones.
En las elecciones parlamentarias de 2021, la participación fue ligeramente superior al 48%. Expertos y analistas predicen que cuanto mayor sea la participación, más probable será que el PAS pueda asegurarse la mayoría y formar Gobierno.
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