Elecciones presidenciales históricas: Bolivia busca un cambio tras 20 años bajo el MAS de Morales

Los bolivianos acudieron este domingo a las urnas en una segunda vuelta presidencial histórica entre dos candidatos conservadores, un hecho sin precedentes tras casi 20 años de hegemonía del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido fundado por Evo Morales.
La contienda entre el expresidente Jorge 'Tuto' Quiroga y el senador Rodrigo Paz se desarrolla en un contexto de profunda crisis económica. Los sondeos auguraban un resultado ajustado, con un electorado dividido entre quienes buscan estabilidad y quienes temen un giro drástico hacia las políticas de mercado.
Desde 2023, Bolivia vive una grave escasez de dólares que ha bloqueado los ahorros de miles de ciudadanos y paralizado las importaciones. La inflación interanual alcanzó en septiembre el 23%, el nivel más alto desde 1991. A ello se suman prolongadas filas en las gasolineras, donde los conductores esperan días para conseguir combustible.
Ambos candidatos prometen romper con el modelo de gasto público y subsidios masivos que caracterizó al MAS desde la llegada de Morales al poder en 2006. "Estamos cerrando un ciclo y abriendo otro", declaró Paz al votar en Tarija junto a su padre, el expresidente Jaime Paz Zamora.
El fin de una era política
El MAS sufrió una derrota histórica en las elecciones del 17 de agosto, las primeras sin Morales como protagonista desde 2005. Rodrigo Paz obtuvo más votos que Quiroga, pero no alcanzó la mayoría necesaria para evitar la segunda vuelta.
La caída del MAS marca el fin de un ciclo político que transformó Bolivia con nacionalizaciones, subsidios y un fuerte rol del Estado en la economía. Sin embargo, la bonanza financiada por el gas natural se agotó, dejando un país con menos reservas y un gasto público insostenible.
El expresidente Jorge 'Tuto' Quiroga, de perfil liberal, propone estabilizar la economía mediante un rescate inmediato del Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros organismos multilaterales. Su plan contempla recortes drásticos en el gasto público, eliminación de subsidios a los combustibles, reducción del empleo estatal y apertura de los sectores del gas y la minería a la inversión privada.
"Tenemos la oportunidad de cambiar Bolivia", dijo Quiroga al votar en La Paz, rodeado de simpatizantes. En contraste, Rodrigo Paz, de tendencia centrista, apuesta por un enfoque gradual. Defiende mantener programas sociales y eliminar subsidios de manera progresiva, mientras busca obtener divisas legalizando el mercado negro y combatiendo la corrupción.
Rechaza un acuerdo con el FMI, impopular en Bolivia desde las políticas de ajuste estructural de los años 90. Paz ha presentado su propuesta como un "capitalismo para todos", acompañado por su carismático compañero de fórmula, el exoficial de Policía Edman Lara, conocido por denunciar corrupción en redes sociales.
Voto entre el escepticismo y el cambio
Pese al entusiasmo por el fin de la era del MAS, muchos ciudadanos expresaron desconfianza hacia la clase política. "Desde 2005 no hemos tenido opciones reales, así que esto me emociona", dijo Carlos Flores, un profesor que votó por Paz. Otros, como Javier Quisbert, desempleado, anularon su voto: "Todos prometen, pero cuando llegan al poder se olvidan del pueblo", comentó. El voto es obligatorio para los casi ocho millones de electores del país.
Las filas en los centros de votación eran largas en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, mientras el Tribunal Supremo Electoral reportaba una participación superior al 80%. El próximo presidente heredará una economía al borde del colapso. Los ingresos por exportaciones de gas, que financiaron el auge de Morales, se han desplomado, mientras el Estado continúa gastando miles de millones de dólares en mantener el precio de los combustibles artificialmente bajo. Solo en 2024, Bolivia destinó 2.000 millones de dólares a los subsidios.
Intentos anteriores de eliminar estas ayudas provocaron protestas masivas, como en 2011, cuando Morales revirtió un alza de precios tras una semana de disturbios. Hoy, sindicatos de transporte y colectivos ciudadanos ya amenazan con movilizaciones si el próximo Gobierno recorta los subsidios. "La tarea que viene es tan dura como correr un maratón a 4.000 metros de altura", afirmó el analista Gustavo Flores-Macías, de la Universidad de Maryland.
El fin del MAS no solo redefine la política interna, sino que también podría reconfigurar las alianzas internacionales de Bolivia. Tanto Quiroga como Paz han expresado su intención de fortalecer los vínculos con Estados Unidos, tras años de acercamiento a China y Rusia.
Ambos candidatos viajaron recientemente a Washington para reunirse con funcionarios del FMI y del Gobierno del presidente Donald Trump. "Ambos quieren relaciones fuertes con Estados Unidos, lo que representa una oportunidad transformadora", declaró el secretario de Estado Marco Rubio, mientras Trump recibía en la Casa Blanca al presidente argentino Javier Milei, un aliado clave en la región.
Un país en transición
El resultado de esta segunda vuelta pondrá fin a una etapa dominada por el populismo de izquierdas y abrirá una nueva era de políticas de mercado en un país con las mayores reservas de litio del mundo.
Tanto Paz como Quiroga se presentan como los arquitectos de esa transición, pero el margen de maniobra será estrecho. El desafío será estabilizar la economía sin detonar el malestar social en un país históricamente explosivo.
Como dijo Clarke, uno de los votantes en La Paz: "No sé quién ganará, pero cualquiera que lo haga deberá reconstruir algo más que la economía: deberá devolvernos la esperanza".
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