La Policía detiene y registra a dirigentes ultras del Inter y del Milán

Desde primera hora del lunes está en marcha una amplia operación de la Policía de Estado y la Guardia di Finanza (GdF), coordinada por la Dirección de Distrito Antimafia de la Fiscalía de Milán. La operación se ha saldado con la detención de 19 líderes ultras.

Los sospechosos están casi todos relacionados con los hinchas ultras del Inter y del Milán, y los delitos están vinculados con negocios relacionados con el fútbol. Se les investiga por conspiración criminal, agravada por mafia, extorsión, lesiones y otros delitos graves.

Con las detenciones y los registros, los líderes de las peñas ultras fueron exculpados: los agentes del Servicio Central Operativo de la Dirección Central Antidelincuencia de la Policía del Estado, de la Brigada Móvil y de la S.I.SCO de Milán ejecutaron decenas de medidas cautelares y registros. También participaron efectivos del Servicio Central de Investigación de la Delincuencia Organizada (S.C.I.C.O.) y de la Unidad de Policía Económica y Financiera de la Guardia di Finanza de Milán - G.I.C.O.

Detenciones ultra: ¿Quiénes son los dirigentes?

Además de las 19 detenciones, hay más de 50 ultras de la Curva Nord Milano investigados por la Policía y la GdF, coordinada por la Fiscalía de Milán dirigida por Marcello Viola. La investigación ha desmantelado los negocios ilícitos de los ultras, a los que se acusa de conspiración criminal -agravada por el método mafioso y la infiltración de la 'Ndrangheta'- así como de extorsión y palizas.

Entre los implicados se encuentran Alex Cologno y Christian Rosiello, amigos y guardaespaldas del rapero Fedez, que el pasado mes de abril supuestamente agredieron al entrenador personal Cristiano Iovino-.

También detuvieron a los líderes de los ultras milaneses, Francesco y Luca Lucci, este último inmortalizado junto al viceprimer ministro Matteo Salvini, a Nino Ciccarelli, histórico líder ultra del Inter, o a Loris Grancini, líder ultra de la Juve.

Además, la Fiscalía de Milán investigaba desde hace tiempo, aparte de las drogas, la gestión del negocio inducido por el estadio de San Siro, desde los aparcamientos a la venta de bocadillos, pasando por la venta de entradas para los partidos.