El décimo ataque contra una presunta narcolancha por parte de EE.UU. deja 6 nuevos muertos
Estados Unidos continúa su ofensiva militar en las costas caribeñas y pacíficas de Sudamérica. El último ataque anunciado por los republicanos, en aguas del Caribe, deja un acumulado de hasta ocho operaciones en este mar, a las que se añaden otras dos en el Pacífico desarrolladas a lo largo de esta semana. Los seis muertos en este último ataque deja un balance total de 43 asesinados a manos de la Armada estadounidense.
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, ha informado en X que el ataque se ha dirigido contra una embarcación "operada por una organización terrorista designada". El ataque se enmarca en la nueva ofensiva marítima impulsada por el Gobierno de Donald Trump contra lo que califican como una red de narcotráfico internacional, una campaña que ha intensificado la presencia militar estadounidense en aguas del Caribe y el Pacífico.
"El Departamento de Guerra ha llevado a cabo un ataque letal contra un buque operado por el Tren de Aragua, una organización terrorista designada que traficaba narcóticos en el Caribe", ha escrito Hegseth en X, en una publicación donde admite que el ataque se ha llevado a cabo en aguas internacionales. "Nuestra inteligencia sabía que el buque estaba involucrado en el contrabando ilícito de narcóticos y transitaba por una ruta conocida de narcotráfico".
Tanto republicanos como demócratas han reclamado transparencia a la Administración de la Casa Blanca sobre estas operaciones, caracterizadas por su opacidad: se desconoce dónde ocurren exactamente los bombardeos, quienes son los patrones de las embarcaciones o sus tripulantes y bajo qué cargos se les asesina en aguas internacionales.
La Administración Trump, además, ha eludido el procesamiento judicial de los supervivientes de las presuntas embarcaciones de narcotráfico. Dos de ellos han regresado a sus países de origen, Ecuador y Colombia, tras ser interceptados por los militares estadounidenses, sin ser juzgados en este país. Los funcionarios ecuatorianos, bajo el mando del conservador Daniel Noboa, liberaron a este conciudadano ante la falta de pruebas sobre sus presuntas actividades tras su regreso.
Las reacciones de Colombia y Venezuela: 'Not war'
El Ministerio de Exteriores de Colombia rechazó durante la semana pasada "las amenazas directas" realizadas por Trump, cuando acusó al presidente Gustavo Petro de ser "un líder del narcotráfico". Este mes de septiembre, la Casa Blanca dejó de considerar al Estado colombiano como un aliado en la lucha contra las drogas y, en consecuencia, ha suspendido su ayuda financiera destinada a este fin.
"El mar Caribe no tiene nada que ver con el comercio de fentanilo", ha declarado Petro hoy en una comparecencia televisada, en referencia a esta droga que diezma las grandes ciudades de Estados Unidos. "Trump lo que quiere es el petróleo de Venezuela y Guyana", ha añadido, antes de asegurar que muchos de los muertos o desaparecidos "son pescadores".
Petro, que ha denunciado la violación de la soberanía de Colombia y el asesinato de civiles, ha invitado a Trump en X a viajar al país sudamericano para, en sus palabras, "ver cómo es que se incauta de cocaína sin matar gente". Lo hace tras una operación contra el narcotráfico realizada en la selva en torno al río Mataje, con parte de su curso discurriendo entre la frontera entre Ecuador y Colombia.
Mientras tanto, Nicolás Maduro se ha burlado de Trump en una comparecencia desde el Palacio de Miraflores, donde ha imitado el "lenguaje tarzaniano", tal y como ha descrito el líder de Venezuela en inglés, para pedirle a su homólogo estadounidense que se enfrente el conflicto: "Not war, not war, not war; yes peace" ("No a la guerra; sí a la paz").
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