Hamás confirma la muerte de Raed Saad, alto mando en un ataque israelí contra Gaza

Hamás ha confirmado la muerte de un alto mando de Gaza, asesinado el sábado en un ataque aéreo israelí contra un coche en las afueras de la ciudad de Gaza.

La muerte de Raed Saad, descrito en un comunicado de Hamás como el comandante de su unidad de fabricación militar, fue el asesinato de mayor repercusión de un alto cargo de Hamás desde que entró en vigor un acuerdo de alto el fuego en octubre.

En el atentado murieron cuatro personas y otras 25 resultaron heridas, según fuentes hospitalarias. El negociador jefe de Hamás, Khalil al Hayya, que vive en el exilio, declaró que el atentado formaba parte de una serie de violaciones del alto el fuego cometidas por Israel desde el inicio del alto el fuego.

En un discurso televisado, Al Hayya dijo que las violaciones de Israel "amenazan la viabilidad del acuerdo". "Pedimos a los mediadores, y especialmente al principal garante, la Administración estadounidense y el presidente Donald Trump, que trabajen para obligar a Israel a respetar el alto el fuego y comprometerse con él", añadió.

Hamás también dijo que había nombrado un nuevo comandante, pero no dio detalles, y añadió que tenía derecho a "responder a la agresión de la ocupación". Israel había descrito a Saad como artífice del ataque del 7 de octubre de 2023 que desencadenó la guerra en Gaza, y afirmaba que se había "dedicado a reconstruir la organización terrorista" violando el alto el fuego.

Israel dijo haber matado a Saad tras la detonación de un artefacto explosivo que hirió a dos soldados en el sur del territorio. Israel y Hamás se han acusado mutuamente en repetidas ocasiones de violar la tregua. Los ataques aéreos y los tiroteos israelíes en Gaza han causado la muerte de al menos 391 palestinos desde la entrada en vigor del alto el fuego, según funcionarios sanitarios palestinos.

Israel ha afirmado que los ataques recientes son una represalia por los ataques de militantes contra sus soldados, y que las tropas han disparado contra palestinos que se acercaban a la 'Línea Amarilla' que separa la mayor parte de Gaza, controlada por Israel, del resto del territorio. Israel afirma que tres de sus soldados han muerto desde que comenzó el alto el fuego. El domingo, el Ejército israelí dijo que había matado a un "terrorista" que cruzó la línea y se acercó a las tropas en el norte de Gaza.

Israel ha exigido que los militantes palestinos devuelvan a Gaza los restos del último rehén, Ran Gvili, y lo ha calificado de condición para pasar a la segunda y más complicada fase del alto el fuego. En ella se establece una visión para poner fin al dominio de Hamás y ver la reconstrucción de una Gaza desmilitarizada bajo supervisión internacional.

La crisis humanitaria sigue aumentando

Con la entrada en vigor del alto el fuego, la ayuda humanitaria pudo entrar en Gaza por primera vez en meses, después de que Israel bloqueara la mayor parte de su entrada en el territorio.

Sin embargo, los grupos humanitarios afirman que durante la tregua no están entrando en Gaza suficientes materiales para refugios. Las cifras publicadas recientemente por el Ejército israelí sugieren que no se ha cumplido la estipulación del alto el fuego de permitir la entrada en Gaza de 600 camiones de ayuda al día, aunque Israel rechaza esta afirmación.

Con la llegada de la tormenta invernal Byron al territorio asolado por la guerra, las lluvias y el descenso de las temperaturas han causado aún más sufrimiento a los palestinos desplazados que viven en los campamentos de tiendas de campaña de Gaza.

"El frío, el hacinamiento y los entornos insalubres aumentan el riesgo de enfermedades e infecciones", declaró en X la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, UNRWA. "Este sufrimiento podría evitarse con una ayuda humanitaria sin trabas, que incluyera apoyo médico y un alojamiento adecuado".

El acuerdo de alto el fuego especificaba que Israel dejaba entrar varias caravanas y tiendas de campaña. Todavía no ha entrado ninguna caravana en Gaza durante el alto el fuego, según Tania Hary, directora ejecutiva de Gisha, un grupo israelí que defiende el derecho de los palestinos a la libertad de circulación.

El organismo militar israelí encargado de coordinar la ayuda a Gaza, denominado COGAT, declaró el 9 de diciembre que "últimamente" había dejado entrar en Gaza 260.000 tiendas de campaña y lonas impermeables y más de 1.500 camiones de mantas y ropa de abrigo.

Shelter Cluster, una coalición internacional de proveedores de ayuda liderada por el Consejo Noruego para los Refugiados, fija la cifra más baja. Afirma que la ONU y las organizaciones no gubernamentales internacionales han hecho llegar a Gaza 15.590 tiendas de campaña desde que comenzó la tregua, y que otros países han enviado unas 48.000. Muchas de las tiendas no están debidamente aisladas. Las escenas de inundaciones en Gaza han demostrado hasta qué punto la guerra entre Israel y Hamás ha dañado el territorio, destruyendo la mayoría de las viviendas.

La población de Gaza, de unos dos millones de habitantes, está casi totalmente desplazada, y la mayoría de la gente vive en vastos campamentos de tiendas de campaña que se extienden a lo largo de la costa, o instalada entre los cascarones de los edificios dañados, sin infraestructuras de inundación adecuadas y con pozos negros excavados cerca de las tiendas como retretes.

Al menos tres edificios de la ciudad de Gaza, ya dañados por los bombardeos israelíes durante la guerra, se derrumbaron parcialmente bajo la lluvia, según informó la Defensa Civil Palestina. Advirtió a la población de que no permaneciera en el interior de los edificios dañados, ya que también podrían caerse encima.

La agencia también declaró que, desde que empezó la tormenta, habían recibido más de 2.500 llamadas de socorro de personas de toda Gaza, cuyas tiendas y refugios habían resultado dañados.