La Policía imputa 59 cargos a Naveed Akram, terrorista de Bondi Beach que dejó 15 muertos
La Policía australiana ha imputado 59 cargos, entre ellos terrorismo y asesinato, a uno de los dos terroristas que mataron a 15 personas el pasado domingo en la playa de Bondi, en Sídney, durante la celebración de Janucá. Todas las víctimas identificadas hasta ahora eran judías.
Más de 20 personas permanecen ingresadas en los hospitales a causa de las heridas sufridas durante el ataque. La masacre fue perpetrada por padre e hijo, Sajid y Naveed Akram, el primero, de 50 años, fue abatido por agentes de Policía que acudieron al lugar de los hechos y el segundo, un hombre de 24 años, sigue hospitalizado y acaba de despertar del coma.
Akram fue procesado por cada uno de los 15 asesinatos y acusado de 40 intentos de asesinato. Los cargos incluyen un cargo de asesinato por cada víctima mortal y un cargo de comisión de un acto terrorista.
Akram también fue acusado de 40 cargos por causar daños con intención de asesinar a los heridos y por colocar un explosivo cerca de un edificio con la intención de causar daños. La Policía ha explicado que el coche de los Akram, hallado en la escena del crimen, contenía artefactos explosivos improvisados.
Según las autoridades locales, a juzgar por las pruebas reunidas hasta ahora en la investigación y difundidas por los medios israelíes, ambos invocaron al Estado Islámico para su acto, habían jurado lealtad al ISIS.
Comienzan los funerales por las víctimas de Bondi Beach
Mientras tanto, cientos de personas se congregaron en la ciudad para asistir a los primeros funerales de las víctimas del atentado de Bondi Beach, donde dos asaltantes abrieron fuego durante las celebraciones de la festividad judía de Janucá.
El país sigue conmocionado por la masacre más mortífera impulsada por el odio de la historia moderna. A medida que avanzan las investigaciones, Australia se enfrenta a un ajuste de cuentas social y político sobre el antisemitismo, el control de armas y si la protección policial a los judíos en eventos como el del domingo fue suficiente para las amenazas que sufrieron.
Las familias judías se reunieron, una tras otra, para comenzar a enterrar a sus muertos. Las víctimas del ataque tenían edades comprendidas entre los 10, una niña, y los 87 años, un superviviente del Holocausto.
El primer despedido fue Eli Schlanger, de 41 años, esposo y padre de cinco hijos, quien se desempeñó como rabino asistente en Jabad-Lubavitch de Bondi y organizó el evento de Janucá junto al mar del domingo, donde tuvo lugar el ataque. Schlanger, nacido en Londres, también sirvió como capellán en prisiones del estado de Nueva Gales del Sur y en un hospital de Sídney.
"Después de lo sucedido, mi mayor arrepentimiento fue —aparte de lo obvio, obviamente— que podría haber hecho más para decirle a Eli con más frecuencia cuánto lo amamos, cuánto lo amo, cuánto apreciamos todo lo que hace y lo orgullosos que estamos de él", comentaba entre lágrimas el suegro de Schlanger, el rabino Yehoram Ulman.
Afuera del funeral, no lejos del lugar del ataque, el ambiente era sombrío, con una fuerte presencia policial. Los judíos suelen ser enterrados dentro de las 24 horas posteriores a su muerte, pero los funerales se han retrasado debido a las investigaciones forenses.
Entre los fallecidos se encontraban Boris y Sofia Gurman, un matrimonio de unos 60 años que recibió disparos mortales al intentar desarmar a uno de los pistoleros cuando este salió de su coche para iniciar el ataque. Otro judío de unos 60 años, Reuven Morrison, fue abatido a tiros por un tirador mientras lanzaba ladrillos al otro, según relató su hija.
Muchos niños asistieron al evento de Janucá, fiesta en la que había pintura facial, golosinas y un zoológico interactivo. La menor de las víctimas fue Matilda, de 10 años, cuyos padres instaron a los asistentes a una vigilia el martes por la noche a recordar su nombre. "Se queda aquí", dijo la madre de Matilda, quien se identificó solo como Valentyna, apretándose la mano sobre el corazón. "Simplemente se queda aquí y aquí".
Conexiones con el Estado Islámico
Las autoridades australianas creen que el tiroteo fue "un ataque terrorista inspirado por el Estado Islámico", declaró el miércoles la comisionada de la policía federal australiana, Krissy Barrett.
Las autoridades han afirmado que Naveed Akram llamó la atención de los servicios de seguridad en 2019, pero han proporcionado pocos detalles de sus investigaciones previas. Ahora, investigarán qué se sabía sobre los hombres.
Esto incluye examinar un viaje que los sospechosos realizaron a Filipinas en noviembre. La Oficina de Inmigración de Filipinas confirmó el martes que los dos presuntos tiradores viajaron al país del 1 al 28 de noviembre, indicando la ciudad de Davao como su destino final.
Grupos de militantes separatistas musulmanes, incluido Abu Sayyaf en el sur de Filipinas, expresaron en el pasado su apoyo al Estado Islámico y han acogido a un pequeño número de militantes extranjeros de Asia, Oriente Medio y Europa. Funcionarios militares y policiales filipinos afirman que no ha habido indicios recientes de militantes extranjeros en el sur del país. El sospechoso más joven era australiano.
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