¿Cómo hacer accesibles las playas para las personas con movilidad reducida?

Con su hija pequeña en el regazo, Monique Braeken disfruta de un paseo por el mar del Norte en una silla de ruedas de playa. En Bélgica, hasta ocho playas, como la de Ostende, son accesibles para personas con movilidad reducida. "Siempre he querido experimentar las olas y el mar, pero no podía", dice a 'Euronews'.
La agencia flamenca Inter puso en marcha en 2006 el programa 'Sol, mar... Despreocupación' para que la costa belga fuera accesible para todo el mundo. El programa ofrece a los usuarios sillas de ruedas de playa, algunas de ellas eléctricas y modelos de anfibios flotantes para facilitar el baño. Todo ello de manera gratuita.
"Me encantó. Cuando salí estaba completamente empapada y fue maravilloso. Y mis nietos también disfrutaron, porque pudieron ver a su abuela en el mar", dice aún entusiasmada Braeken.
Todas las instalaciones cuentan con vestuarios, aseos y duchas adaptados. Se han instalado plazas de aparcamiento reservadas para personas con movilidad reducida y rampas de acceso, y las instalaciones están situadas cerca de una parada de tranvía. Como las playas belgas son anchas, se ha construido un camino sólido sobre la arena para que los usuarios de sillas de ruedas puedan acercarse al mar.
Natación acompañada
Bart Parmentier, fundador del programa 'Sol, Mar... Despreocupación', explica que tuvo que adaptar sus soluciones a las particularidades del mar del Norte. "A veces el mar está muy lejos de la costa. Y también tenemos la mar brava. No es lo mismo que el Mediterráneo. Así que ese es otro de los retos que tenemos aquí en Bélgica", apunta.
Así, mientras que en algunas partes de las costas griega, italiana y chipriota los usuarios pueden sumergirse en el mar con total independencia gracias a las pasarelas automatizadas Seatrac, este sistema no sería adecuado para el litoral belga, según Parmentier.
Insiste en que hay dos elementos esenciales para hacer la costa accesible a las personas con movilidad reducida: ofrecer infraestructuras y equipos adaptados y también ofrecer asistencia. En caso necesario, los asistentes pueden empujar a la arena a los usuarios de sillas de ruedas y acompañarles mientras nadan.
"Nos metemos en el agua con gente que nunca ha estado en el mar", explica Keiko Schelck, asistente de natación del programa en Ostende. "Les acompañamos hasta las olas y es muy divertido".
Un servicio gratuito
El servicio, totalmente gratuito para los usuarios, está financiado principalmente por los ayuntamientos. "Los usuarios no pagan nada, nos gusta que el litoral sea un servicio público para todos", explica a 'Euronews' Maxim Donck, consejero municipal de accesibilidad de la ciudad de Ostende. En su opinión, también es una atracción turística.
"Este verano, 372 personas han utilizado esta instalación en Ostende. Sólo 100 procedían de Ostende o Flandes, luego la mayoría viene de fuera de la ciudad. Así que creo que es muy importante para el turismo", afirma.
Cabe recordar que la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CNUDPD) de 2008 estipula que las personas con discapacidad tienen derecho a la igualdad de acceso al ocio y el deporte.
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