La UE defiende su derecho soberano a regular la tecnología frente a la última amenaza arancelaria de Trump

La frágil alianza entre la Unión Europea y Estados Unidos dio un nuevo giro a peor después de que Donald Trump amenazara inesperadamente con imponer "aranceles adicionales sustanciales" a los países que apliquen una legislación dirigida contra las empresas tecnológicas estadounidenses, "a menos que se eliminen estas acciones discriminatorias". Trump no especificó el nivel de los posibles aranceles.
"Las empresas tecnológicas estadounidenses ya no son ni la hucha ni el felpudo del mundo. ¡Mostrad respeto a Estados Unidos y a nuestras increíbles empresas tecnológicas o ateneos a las consecuencias!", dijo Trump el lunes en un mensaje en las redes sociales.
La Comisión Europea, que pareció sorprendida por la extraordinaria advertencia lanzada por la Casa Blanca, respondió defendiendo su derecho a aprobar legislación libre de presiones externas.
"Es el derecho soberano de la UE y de sus Estados miembros regular las actividades económicas en nuestro territorio, que son coherentes con nuestros valores democráticos", dijo el martes Paula Pinho, portavoz jefe de la Comisión. "Son cuestiones separadas".
Los comentarios de Trump arrojan serias dudas sobre la viabilidad del acuerdo comercial que la UE y EE.UU. firmaron a finales de julio para evitar una guerra comercial total. En virtud del acuerdo, la mayoría de los productos de la UE están sujetos a un tipo del 15%, que se supone que es "todo incluido", lo que significa que no deberían aplicarse además otros aranceles, como los amenazados por Trump.
También incluye promesas no vinculantes de gastar 750.000 millones de dólares (643.000 millones de euros) en energía estadounidense, invertir 600.000 millones de dólares (515.000 millones de euros) en el mercado estadounidense y comprar 40.000 millones de chips estadounidenses.
"Creemos que este acuerdo sí ha aportado previsibilidad y estabilidad. Tenemos un marco claro sobre el que estamos trabajando", declaró Pinho. "Cualquier otra medida que quede fuera del alcance de este acuerdo marco en este momento es meramente especulativa".
Como parte de las conversaciones comerciales, la Comisión se negó a hacer concesiones en materia de regulación tecnológica, como la Ley de Servicios Digitales (DSA), destinada a combatir los contenidos ilegales y la desinformación en línea; la Ley de Mercados Digitales (DMA), cuyo objetivo es garantizar una competencia libre y leal; y la Ley de Inteligencia Artificial, que establece normas para los sistemas de IA que se considera que plantean riesgos para la seguridad humana y los derechos humanos.
Apple, Meta y Alphabet están siendo investigadas en virtud de la DMA, mientras que los servicios de Instagram y Facebook de X (antes Twitter) y Meta son objeto de sondeos de la DSA. Todas estas empresas han estrechado lazos con la Casa Blanca en los últimos meses, y algunos de sus consejeros delegados fueron fotografiados en primera fila en la toma de posesión de Trump en enero.
Silicon Valley lleva tiempo quejándose del alcance y la aplicación de las leyes tecnológicas de la UE, una postura de la que se han hecho eco funcionarios estadounidenses al calificarlas de "barreras no arancelarias".
El fantasma de las sanciones
Ante las presiones, Bruselas dice no haber cedido. Durante el fin de semana, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, publicó un artículo de opinión en varios periódicos europeos en el que admitía que el acuerdo era "sólido, pero imperfecto", al tiempo que insistía en que el bloque había conservado su derecho a legislar.
"La UE se ha mantenido firme en sus principios fundamentales. Nuestras normas permanecen intactas", escribió Von der Leyen. "Somos nosotros quienes decidimos la mejor manera de salvaguardar la seguridad alimentaria, proteger a los ciudadanos europeos en línea y garantizar su salud y seguridad".
Pero la última amenaza de Trump deja claro que el presidente estadounidense no considera el asunto zanjado y está dispuesto a ejercer el poder duro para lograr el cambio que desea.
"Me enfrentaré a los países que atacan a nuestras increíbles empresas tecnológicas americanas. Los impuestos digitales, la legislación sobre servicios digitales y la regulación de los mercados digitales están diseñados para perjudicar o discriminar a la tecnología estadounidense", escribió Trump.
"También, de manera escandalosa, dan un pase completo a las mayores empresas tecnológicas de China. Esto debe terminar, ¡y terminar AHORA!". Su mensaje llegó horas después de que Reuters, citando fuentes no identificadas, informara de que Estados Unidos estaba considerando sancionar a funcionarios nacionales y de la UE responsables de la aplicación de la DSA, que los republicanos han equiparado frecuentemente a una herramienta de censura.
"Estamos siguiendo con gran preocupación el aumento de la censura en Europa, pero no tenemos más información que ofrecer en este momento", declaró el Departamento de Estado de EE.UU. a 'Euronews'.
La Comisión rechazó firmemente esta caracterización por "completamente errónea y sin fundamento", argumentando que la DSA y la DMA respetan la libertad de información y tratan a todas las empresas por igual "independientemente de su lugar de establecimiento".
"Más del 99% de las decisiones de moderación de contenidos que se toman aquí en la UE en línea las toman proactivamente las plataformas basándose en sus propios términos y condiciones", dijo Thomas Régnier, portavoz de la Comisión para asuntos digitales.
"No pedimos a las plataformas que retiren contenidos, sino que hagan cumplir sus propios términos y condiciones". Régnier dijo que los funcionarios de la Comisión que trabajan en la DSA habían recibido orientación sobre cómo tratar la "información sensible al mercado", pero no relacionada con sanciones o viajes a EE.UU..
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