Agentes italianos acuden al Oktoberfest para reforzar la seguridad ante la amenaza terrorista
Tras los atentados islámicos de Solingen y Múnich, las autoridades alemanas han puesto en marcha este año amplias medidas de seguridad en la Oktoberfest, que se celebra hasta el próximo fin de semana.
Se ha vallado la zona del festival y, por primera vez, se utilizan detectores de metales portátiles en las entradas para interceptar cuchillos o armas de otro tipo. Los visitantes no pueden entrar con ningún objeto peligroso, ni siquiera botellas de cristal. También está prohibido el consumo de cannabis.
Toda la zona está cubierta por cámaras y altavoces. Además, unos 2.000 efectivos de seguridad cuentan con el apoyo de 600 policías coordinados por la comisaría 17. También se ha habilitado una zona de seguridad para mujeres que se sientan amenazadas.
Agentes de Policía italianos en la Oktoberfest
Como viene siendo habitual desde hace unos veinte años, los agentes de Policía de Italia también participan en las medidas de prevención y seguridad de la Oktoberfest. Seis policías de la Questura di Bolzano, más un agente con funciones de coordinador trabajan directamente en la zona donde se celebra el evento, el Wiesn, con el objetivo de intervenir en caso de sucesos críticos.
La Questura di Bolzano explica que, durante su servicio en suelo alemán, los agentes italianos no sólo actúan como mediadores interculturales y lingüísticos, sino que también llevan a cabo actividades preventivas en cooperación con los Cuerpos Policiales bávaros, haciendo uso de las mismas competencias, con el fin de garantizar la máxima seguridad en el evento.
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