El nuevo jefe de la OTAN, Mark Rutte, hereda varios quebraderos de cabeza en materia de seguridad

Mientras Mark Rutte toma las riendas de la OTAN, la Alianza se enfrenta a nuevos y viejos retos, pero ¿está el ex primer ministro neerlandés bien situado para afrontarlos?

Rutte, de 57 años y uno de los líderes democráticos europeos con mayor longevidad en cargos políticos, tendrá que enfrentarse a una Rusia beligerante, a unas relaciones de la UE díscolas y a la amenaza potencialmente existencial de una Casa Blanca de Donald Trump, según han declarado expertos en Defensa a 'Euronews'. Rutte, licenciado en Historia, ha presidido desde 2010 cuatro Gobiernos diferentes en Países Bajos, pero dejó el cargo este verano tras 14 años al frente del Ejecutivo.

A partir del martes 1 de octubre, asumirá el cargo de secretario general de la OTAN, una alianza de 32 países, tras la dimisión del ex primer ministro noruego Jens Stoltenberg, y la trayectoria profesional de Rutte podría situarle en una posición privilegiada.

Elecciones en EE.UU.

Rutte toma posesión de su cargo justo un mes antes de que Estados Unidos acuda a las urnas para decidir si Donald Trump o Kamala Harris dirigirán al mayor miembro de la OTAN. Esto ha hecho saltar las alarmas, dado que Trump se ha mostrado tibio en su apoyo a Ucrania y, en general, al pacto de seguridad transatlántico. La analista Sophia Besch explicó a 'Euronews' que todavía hay muchas incógnitas sobre lo que una segunda Administración Trump podría significar para el pacto del Atlántico Norte.

Pero si Washington aboga por una OTAN "mucho, mucho más pequeña, entonces se convierte en algo existencial", dijo Besch, miembro de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional.

Besch señala los recientes debates durante la campaña presidencial en los que Trump se atribuyó el mérito de persuadir a otros miembros de la OTAN de gastar más en sus ejércitos, sugiriendo que los europeos pueden calmar sus temores. "Ese será probablemente el enfoque... enmarcarlo de manera que los esfuerzos de Defensa europeos sean una respuesta a la presión estadounidense", dijo Besch.

Si adular a Trump es un requisito para el puesto, es un punto a favor para Rutte, que "pudo establecer una buena relación de trabajo con él cuando era primer ministro neerlandés", dijo a 'Euronews' la exportavoz de la OTAN, Oana Lungescu. Rutte es visto como un líder con los pies en la tierra, a menudo fotografiado paseando en bicicleta por su ciudad natal de La Haya, o mordiendo una manzana mientras camina hacia una reunión desde su despacho de primer ministro.

Su enfoque amistoso pero duro con Trump podría "situarle a él y a la OTAN en una buena posición" si el republicano gana en noviembre, añadió Lungescu, que ahora es miembro distinguida en el 'think tank' Royal United Services Institute.

Relaciones frías con la UE

Sea quien sea el candidato a la Casa Blanca, tanto Besch como Lungescu coinciden en que Europa debe aumentar su gasto en Defensa ante la agresión rusa. El propio Rutte ha sido un "gran defensor" de Ucrania, dijo Lungescu, citando aviones de combate, munición y garantías de seguridad proporcionadas por Países Bajos durante su mandato.

Sin embargo, quizá la relación más delicada que Rutte deba sortear no sea la de Washington o Kiev, sino la de otra organización internacional con sede en Bruselas: la Unión Europea.

El reciente anuncio de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, de que iba a nombrar a un comisario de Defensa, el lituano Andrius Kubilius, provocó una furibunda reacción de Stoltenberg, preocupado por que se estuviera metiendo en su terreno.

"Lo que la UE no debe hacer es empezar a construir estructuras de defensa alternativas", declaró Stoltenberg a la prensa, y añadió: "Los países solo pueden tener un conjunto de objetivos de capacidad, no pueden tener dos, y eso es responsabilidad de la OTAN". El reto de Rutte será reconstruir una relación con la UE que, en palabras de Besch, "no puede ir mucho peor... Tiene mucho trabajo por delante".

"Esta idea de que (el comisario de Defensa de la UE) es de alguna manera una afrenta para la OTAN solo demuestra que la UE no ha tenido éxito a la hora de defender sus propios intereses", afirmó Besch.

Lungescu, que trabajó con Stoltenberg durante casi una década, se muestra más optimista, afirmando que la cooperación ha alcanzado "niveles sin precedentes", y que Stoltenberg y von der Leyen tenían "muy buena química", aunque está de acuerdo en que habrá "confusión" si la UE duplica las estructuras o normas de la OTAN.

Pero, añade Lungescu, "hay quien quizá confiaba un poco menos en Stoltenberg porque su país no está en la UE", una cuestión que el veterano del Consejo Europeo Rutte está en condiciones de rectificar.

Grandes retos y amenazas

Tanto Besch como Lungescu hablan de nuevas amenazas de China, cuyo despliegue militar irrita cada vez más a Estados Unidos. Pero el mayor reto de Rutte será quizá el más antiguo de la OTAN: Rusia.

"La disuasión y la defensa son hoy el núcleo de la OTAN y lo seguirán siendo en el futuro inmediato", declaró Lungescu, y añadió: "Este es un mundo peligroso, que no se está volviendo menos peligroso".