El nuevo comisario europeo de Defensa y Espacio enfrenta numerosos retos al asumir el cargo
El lituano Andrius Kubilius ha recibido una cartera de nueva creación en la Comisión Europea (CE): Defensa y Espacio. Sin embargo, investigadores y representantes de la industria temen que, a pesar de los retos a los que se enfrenta, el espacio acabe siendo una prioridad secundaria sin ambición real.
"Me preocupa un poco que, como se trabaja tan poco en política espacial, no haya interés, ni presupuesto, ni nada", dijo a 'Euronews' Reinhilde Veugelers, miembro del centro de reflexión independiente Bruegel, con sede en Bruselas.
En su carta de misión a Kubilius, la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, otorgó al exprimer ministro lituano una misión de continuidad, pidiendo que se siga aplicando la estrategia espacial de la Unión Europea (UE) para la seguridad y la defensa y que se mantenga el "acceso rentable del bloque al espacio".
Pero Von der Leyen sólo prevé dos nuevas propuestas para el próximo mandato quinquenal: la ley espacial de la UE, que se esperaba para antes de la pausa estival, y una estrategia de economía de datos espaciales para liberar el potencial de los datos, productos y tecnologías derivados del espacio.
"Tomas Hrozensky, investigador principal del Instituto Europeo de Política Espacial (ESPI, por sus siglas en inglés), señala que, aunque el papel del espacio en la seguridad y la defensa ha recibido un reconocimiento sin precedentes a nivel político, sigue faltando apoyo institucional y programático, y la dimensión industrial está infravalorada.
En general, la financiación institucional europea de los programas espaciales está fragmentada y sólo alcanza el 20% del nivel estadounidense, lo que crea un desequilibrio con competidores clave como EE.UU. y China en términos de capacidad industrial y mano de obra especializada, según el informe de Mario Draghi sobre competitividad.
La evaluación de Draghi de los retos a los que se enfrenta la industria espacial en el futuro es acertada, pero no aborda el potencial de comercialización y sigue siendo conservador a la hora de proponer soluciones, argumentan algunos. "No hay ningún llamamiento para aumentar la financiación en seguridad y defensa, salvo lo que ya presupuestan los Estados miembros, ni ninguna propuesta para la exploración humana del espacio", afirma un informe del ESPI.
Se calcula que la economía espacial estará valorada en 1 billón de dólares (899.000 millones de euros) en 2040, mientras que el valor del espacio para el conjunto de la economía y la sociedad rondará los 7,9 billones de dólares (7,14 billones de euros), incluido el efecto multiplicador en las industrias de baterías, semiconductores y productos farmacéuticos, según un estudio del Boston Consulting Group.
"La economía espacial es un sector importante en sí mismo, independientemente de las diferencias [nacionales], así que hay muchas actividades comerciales, servicios espaciales, donde hay mucha creación de valor y posible captura de valor y donde Europa se está quedando tremendamente atrás", añadió Veugelers, afirmando que sólo merece la pena desarrollar este tipo de actividades en una política industrial.
La fragmentación y la escasa inversión, los retos para Kubilius
De cara al futuro, Kubilius tendrá que hacer frente a varios retos: el insuficiente gasto en investigación y desarrollo, el limitado acceso de las empresas a la financiación, un sistema de gobernanza fragmentado y la falta de cooperación entre los países de la UE.
Según Olivier Lemaitre, secretario general de ASD-Eurospace, la industria espacial europea está especialmente preocupada por cómo afectarán estos problemas a la sostenibilidad de las cadenas de suministro, la conservación de los conocimientos técnicos y la independencia estratégica de la UE. "La UE debe abordar urgentemente la cuestión de la seguridad de las cadenas europeas de suministro espacial diseñando una política industrial para el espacio en colaboración con los Estados miembros".
En la actualidad, la UE sigue siendo competitiva en ámbitos como la observación de la Tierra, la navegación y la exploración, pero ha perdido su posición de liderazgo en el mercado de lanzadores comerciales (Ariane 4-5) y satélites geoestacionarios, lo que incluso ha obligado a la UE a depender temporalmente de los cohetes estadounidenses SpaceX para lanzar sus satélites.
En los últimos años, la UE se ha quedado rezagada en las actividades espaciales y se ha enfrentado a importantes interrupciones de la cadena de suministro, primero debido a la pandemia de Covid-19 y después como consecuencia de la invasión rusa de Ucrania. Como resultado, la industria espacial de la UE se ha vuelto menos rentable, con menores ventas, especialmente en lanzadores y sistemas de satélites, y se ha vuelto más dependiente de componentes como semiconductores y detectores, como señaló Draghi.
Lemaitre cree que será crucial que la UE y sus Estados miembros ideen y apliquen estrategias que estabilicen la producción, fomenten la fabricación a gran escala, aumenten el uso de sistemas recurrentes para misiones operativas y desarrollen interfaces estandarizadas.
Para el investigador de Bruegel, un vínculo más estrecho entre las carteras espacial y de defensa podría ser ya una primera mejora a corto plazo. "No estamos explotando las posibles complementariedades que harían que la defensa y el espacio funcionaran de forma más eficaz", afirmó Veugelers.
Today