¿En qué consiste el préstamo de reparaciones para Ucrania y por qué la UE se aferra al plan?
La Unión Europea se apresura a encontrar formas de apuntalar las finanzas de Ucrania mientras la guerra no muestra un final a la vista y los costes aumentan.
La urgencia ha aumentado desde que la administración Trump dejó claro que le tocará a Europa pagar la factura de la seguridad del continente.
Con EE.UU. en retirada, los europeos contemplan ahora un audaz plan para utilizar los activos inmovilizados de Rusia para emitir un préstamo de 140.000 millones de euros en concepto de reparaciones a Ucrania, que podría ayudar a cubrir las necesidades financieras y militares del país para 2026 y 2027.
El plan, sin embargo, se enfrenta a obstáculos.
Bélgica, que alberga los activos, lo frenó durante una cumbre de la UE esta semana, citando sus ramificaciones legales así como la amenaza de represalias por parte de Rusia. Aun así, los europeos tienen claro que ellos -y sus contribuyentes- no quieren pagar por la destrucción causada por Rusia, así que hay pocas alternativas.
Están de acuerdo en el qué, ahora necesitan el cómo. Esto es lo que debe saber sobre el préstamo para reparaciones.
¿Cómo hemos llegado hasta aquí?
En la primera semana de la invasión a gran escala de Ucrania por Rusia a principios de 2022, la UE, junto con sus aliados del G7, aplicó sanciones sin precedentes al Kremlin.
Entre ellas, la decisión de inmovilizar los activos del Banco Central ruso en Occidente para impedir que Moscú financiara la guerra.
Para la UE, esto representaba 210.000 millones de euros de influencia económica y política sobre Rusia, ya que la mayor parte de los activos se encuentran en Euroclear, depositario central de valores en Bruselas. Los activos de Euroclear generan unos beneficios anuales inesperados de entre 2.500 y 3.000 millones de euros para el Gobierno belga, propietario de Euroclear, que ahora está en el centro de las conversaciones.
El año pasado, tras meses de debate interno, la UE empezó a utilizar los ingresos extraordinarios para apoyar las necesidades financieras y militares de Ucrania. Los esfuerzos se unieron después en un préstamo mayor del G7, de 45.000 millones de euros, que se reembolsaría íntegramente con los beneficios extraordinarios.
Dado que Rusia no muestra voluntad alguna de entablar conversaciones de paz significativas, los europeos se han dado cuenta de que la línea de crédito del G7 pronto resultará insuficiente.
Hay que hacer algo más grande.
¿En qué consiste exactamente el préstamo para reparaciones?
La urgencia de encontrar una solución llevó a la Comisión Europea a examinar más de cerca Euroclear. Los activos, inicialmente mantenidos en forma de bonos, han madurado hasta convertirse en una reserva de efectivo por valor de unos 175.000 millones de euros, y se esperan otros 10.000 millones en un futuro próximo.
Según el plan provisional, Euroclear transferiría el efectivo a la Comisión, que a su vez emitiría un préstamo de 140.000 millones de euros a Ucrania en nombre de la Unión. Los 45.000 millones de euros restantes cubrirían el crédito del G7, ya que dejarían de aplicarse los beneficios extraordinarios.
El préstamo de 140.000 millones de euros se desembolsaría entonces en tramos graduales a Kiev y estaría sujeto a ciertas condiciones. Por ejemplo, un objetivo Made-in-Europe para las armas compradas.
A Ucrania se le pediría que devolviera el préstamo sólo después de que Rusia pusiera fin a su guerra de agresión y aceptara compensar los daños causados. De ahí el nombre de "préstamo de reparación". Después, la Comisión reembolsaría a Euroclear, y Euroclear reembolsaría a Rusia, completando el círculo. La Comisión insiste en que no se trata de una confiscación.
Políticamente, el préstamo también es útil, ya que proporcionaría una línea fiable y constante de apoyo a Kiev, al tiempo que evitaría que los Estados miembros con problemas de liquidez pagasen de su bolsillo.
¿Por qué Bélgica es el principal obstáculo?
El plan, aún en fase inicial, ha llevado a Bélgica al primer plano del debate político por ser la sede de Euroclear, donde se encuentran los activos.
Bélgica tiene un antiguo tratado de inversiones con Rusia que prevé el arbitraje en caso de litigio entre las partes. Bélgica teme que, en el mismo momento en que el dinero salga de Euroclear, Moscú lance agresivas represalias para recuperar los 140.000 millones de euros y exija cuantiosas indemnizaciones, lo que llevaría a un litigio internacional.
Otra preocupación crítica es que las sanciones de la UE, que requieren unanimidad, se levanten antes de que Moscú pague las reparaciones y, por tanto, se deshaga todo el préstamo.
Por ello, el primer ministro belga, Bart De Wever, ha insistido en la necesidad de asegurar la "plena mutualización" de los riesgos y garantías a prueba de balas por parte de todos los Estados miembros.
En teoría, cada Estado miembro respaldaría una parte de los 140.000 millones de euros en proporción a su tamaño. El presupuesto de la UE podría movilizarse posteriormente como capa adicional de apoyo.
"Si le quitan el dinero a mi país, si sale mal, no soy capaz, y desde luego no estoy dispuesto, a pagar en una semana 140.000 millones de euros", dijo De Wever tras una cumbre de la UE celebrada el jueves que concluyó sin un acuerdo firme sobre la idea.
"Así que me imagino que todos los que realmente están a favor de esta decisión, los que realmente quieren que esto ocurra, también están preparados, dispuestos y son capaces de dar una garantía para que yo pueda dormir tranquilo por la noche sabiendo que si sale mal o se tuerce, la solidaridad se encargará (de) que el dinero esté realmente ahí", añadió.
"Esta pregunta no fue respondida con un tsunami de entusiasmo alrededor de la mesa".
¿Y el BCE?
El préstamo de reparaciones también ha arrojado luz sobre el Banco Central Europeo, principal garante de la estabilidad financiera y monetaria en la eurozona.
Su presidenta, Christine Lagarde, había criticado anteriormente cualquier medida que pudiera considerarse una confiscación directa de los activos soberanos de un país, lo que es ilegal según el derecho internacional y podría dañar la reputación internacional de la jurisdicción del euro. En su formato actual, el préstamo no llega a ser una confiscación pura y simple porque Rusia podría recuperar los activos si aceptara pagar reparaciones, lo que es prácticamente imposible.
Según diplomáticos y funcionarios familiarizados con las discusiones, Lagarde no se opuso al plan y sugirió que la idea de un préstamo de reparaciones es factible, pero es necesario un mayor trabajo técnico. Lagarde recomendó a la UE que no avanzara sola en este proyecto sin precedentes y que, en su lugar, incorporara a otros aliados del G7, como el Reino Unido, Canadá y Japón, todos los cuales poseen pequeñas porciones de activos soberanos rusos.
De Wever ha exigido total transparencia para localizar todos los activos en Europa.
"El pollo más gordo está en Bélgica, pero hay otros pollos alrededor. En la eurozona hay otros países con activos inmovilizados: son seis", ha dicho.
"Ninguno de ellos ha dado nunca transparencia sobre cuánto dinero tienen. Ni transparencia sobre los beneficios extraordinarios de ese dinero, ni transparencia sobre los ingresos fiscales de ese dinero", añadió, sin nombrar a los países.
La Comisión, sin embargo, ha basado el plan exclusivamente en los 185.000 millones de euros que se guardan en Euroclear, a pesar de haber dicho anteriormente que en el bloque se guardaban unos 210.000 millones.
¿Qué dicen los demás países?
Públicamente, los Estados miembros de la UE han expresado su comprensión y simpatía hacia Bélgica.
"Utilizaría el mismo argumento si los activos estuvieran en Alemania. Hoy hemos dado un paso adelante que no debe darse por sentado", dijo el Canciller alemán Friedrich Merz al término de la cumbre. "Haremos lo que podamos para avanzar".
El primer ministro neerlandés, Dick Schoof, dijo que todos los Estados miembros "deben asumir un riesgo compartido, no sólo Bélgica por su cuenta". (Hungría ya ha dicho que no participará). En privado, los diplomáticos dicen que hay un límite a lo que Bélgica puede esperar.
La idea de compensar a las empresas belgas que aún operan en Rusia si el Kremlin decidiera tomar represalias confiscando sus activos a cambio se considera un imposible.
El reciente intento de Austria de compensar a Raiffeisen Bank International (RBI), que dirige una exitosa filial en Rusia, por una derrota legal de 2.100 millones de euros resultó controvertido y no logró recabar el apoyo del resto de los Estados miembros.
También está la política.
De Wever está inmerso en tensas negociaciones presupuestarias, y su coalición multipartidista se enfrenta a un delicado ejercicio de equilibrismo. Esto ha planteado la cuestión de si el primer ministro no está tan preocupado como hace ver a la prensa, sino que busca sacar partido de su juego duro para ganar puntos internos.
Al fin y al cabo, en Bruselas cada líder se dirige a dos públicos: sus homólogos europeos y sus votantes. Para que se produzca un avance, tiene que parecer difícil.
¿Hay alternativas?
Los líderes han encargado a la Comisión Europea que explore "opciones" para hacer frente a las crecientes necesidades financieras y militares de Kiev en los próximos dos o tres años.
Este lenguaje deja la puerta abierta a otras alternativas.
Una de ellas es que los Estados miembros acudan a los mercados y recauden ellos mismos los fondos sin tocar los activos rusos. Así se hizo en 2023 cuando se creó el Mecanismo para Ucrania, que aseguraba 50.000 millones de euros a Kiev en subvenciones y préstamos.
Aunque el primer ministro belga no descartó esa posibilidad cuando le preguntaron los periodistas, sería difícil que otros países europeos muy endeudados siguieran ese camino.
Si la suscripción se hace en función del tamaño, naciones como Francia e Italia estarían en la cuerda floja. Esto supone un problema para el presidente Emmanuel Macron, que está lidiando con unas complicadas negociaciones presupuestarias, pero también para Giorgia Meloni, dada la pila de deuda de su país.
"El debate de esta noche no ha enterrado la propuesta presentada por la Comisión. Simplemente ha brindado la oportunidad de plantear cuestiones técnicas que deben resolverse. Y somos conscientes de estas cuestiones técnicas", dijo Macron.
La pelota está ahora en el tejado de la Comisión. Se espera que el Ejecutivo, criticado por la forma en que presentó el expediente sin demasiadas consultas, intensifique los contactos bilaterales con Bélgica y aplaque todas las preocupaciones pendientes.
"Hay puntos que aclarar y profundizar", dijo la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, señalando su determinación de seguir adelante.
"En otras palabras, hemos acordado el qué, es decir, el Préstamo de Reparación, y tenemos que trabajar en el cómo, cómo lo hacemos posible (y) cuál es la mejor opción para avanzar".
Se debería presentar una propuesta actualizada antes de la próxima cumbre de diciembre, que ahora los diplomáticos consideran el momento decisivo para tomar una decisión antes del nuevo año.
El presidente Volodímir Zelenski dijo a los líderes europeos que Ucrania necesitaría el dinero en 2026, preferiblemente "a principios de año". "No sé si es posible", admitió. "No todo depende de nosotros. Es una decisión política".