Von der Leyen advierte de la "peligrosa" realidad de la UE en un orden mundial cambiante antes de la cumbre de la crisis
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha subrayado la importancia de la reunión de los 27 líderes de la Unión Europea que se celebrará el jueves en Bruselas, y ha calificado las conversaciones de cruciales para la seguridad y la independencia de Europa.
"La paz de ayer ya no existe. No tenemos tiempo para nostalgias. Lo que importa es cómo afrontamos el hoy", dijo Von der Leyen en el hemiciclo de Estrasburgo el miércoles por la mañana. "Conocemos la urgencia. Es acuciante. Todos la sentimos. Todos la vemos".
La UE está llegando a un punto de decisión sobre dos cuestiones críticas que podrían condicionar su imagen global y su posición internacional. En primer lugar, debe decidir cómo puede mantener a Ucrania a flote económicamente y garantizar que siga siendo capaz de resistir la agresión rusa.
En segundo lugar, debe decidir si sella un acuerdo de libre comercio con el bloque sudamericano Mercosur y restablece la fe en los acuerdos comerciales basados en normas, que ha caído a nuevos mínimos desde la llegada de la segunda administración Trump.
En cuanto a Ucrania, Von der Leyen está a favor de un plan sin precedentes para aprovechar los activos estatales rusos congelados para conceder un préstamo de reparación. Pero el planteamiento ha dividido a los líderes de la UE, y Bélgica, donde se encuentra la mayor parte de los activos, sigue sin estar convencida de que se atiendan sus demandas de que los riesgos se distribuyan equitativamente entre los países de la UE.
Los dirigentes se enfrentan también a otra decisión crucial: sellar o no un acuerdo de libre comercio con el bloque sudamericano Mercosur, 25 años después de iniciadas las negociaciones. El plan necesita el respaldo de la llamada mayoría cualificada de los Estados miembros, es decir, 15 países que representen al menos el 65% de la población del bloque.
Varios países importantes, entre ellos Francia, se inclinan en contra del acuerdo, ya que sus industrias agrícolas nacionales hacen campaña en su contra. Italia se ha erigido como rey, ya que Francia necesita su apoyo para formar una mayoría de bloqueo y desbaratar el plan. Sin embargo, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, se guarda las cartas en la manga y pone en duda la viabilidad del acuerdo.
Francia también busca apoyos para aplazar la votación hasta el año que viene, lo que, según sus defensores, podría acabar con el acuerdo y socavar gravemente la posición de la UE en Sudamérica y en el resto del mundo.
Lo que está en juego es la credibilidad del bloque de 27 miembros para dar forma a su política exterior y su agenda comercial, ya que se enfrenta a una Administración Trump más agresiva que persigue una política comercial y exterior de "Estados Unidos primero".
En su discurso, Von der Leyen abordó de frente el reciente pivote de Estados Unidos en su acercamiento a Europa, diciendo: "Nosotros, los europeos, no podemos permitirnos que las visiones del mundo de otros nos definan".
"Ninguno de nosotros debería escandalizarse por lo que otros dicen de Europa. Pero permítanme decir esto: no sería la primera vez que se demuestra que las suposiciones sobre Europa están desfasadas. Y no sería la primera vez que nos damos cuenta de que el orden mundial de la posguerra está cambiando hasta hacerse irreconocible", declaró la presidenta de la Comisión.
Esto se produce después de que una mordaz estrategia de seguridad nacional estadounidense advirtiera del inminente "declive civilizatorio" de Europa. Poco después de su publicación, el presidente Trump describió el continente como un conjunto de "naciones en decadencia" dirigidas por políticos "débiles".
Y este mismo martes, el representante comercial de Trump, Jamieson Greer, lanzó otro ataque contra la normativa digital de la UE, acusando al bloque y a sus Estados miembros de imponer "demandas, impuestos, multas y directivas discriminatorias y acosadoras contra los proveedores de servicios estadounidenses".
Un portavoz de la UE respondió que "como hemos dejado claro en numerosas ocasiones, nuestras normas se aplican de forma equitativa y justa a todas las empresas que operan en la UE". "Estas normas garantizan unas condiciones seguras, justas y equitativas en la UE, en consonancia con las expectativas de nuestros ciudadanos", añadió el portavoz.
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