Etiquetas ecológicas: ¿Qué países de la UE son líderes en productos sostenibles?
¿Es Italia el primer país de la UE en productos sostenibles? Según nuevos datos de la Comisión Europea, el país comercializa casi 19.000 productos con la etiqueta ecológica de la UE, que certifica los productos con menor impacto ambiental a lo largo de todo su ciclo de vida.
Lanzada en 1992, fomenta prácticas industriales más ecológicas para ayudar a consumidores y empresas a tomar decisiones más sostenibles. En la actualidad, más de 100.000 productos y servicios de toda Europa llevan la etiqueta ecológica de la UE.
España es el segundo país más prolífico del bloque, con unos 16.000 productos con etiqueta ecológica, por delante de Francia (13.000), Alemania (10.000) y Portugal (7.000). Su alcance sigue creciendo, con un aumento del 15% de licencias desde 2024.
¿Qué sectores impulsan la certificación verde?
El mayor sector certificado es el de pinturas y barnices, con aproximadamente 38.000 licencias, lo que supone más de un tercio del total. Para ser claros, esto no significa que las pinturas se hayan convertido de repente en no contaminantes.
Los compuestos orgánicos volátiles (COV) presentes en los productos de pintura tradicionales pueden ser tan nocivos para la salud humana como las emisiones de los automóviles. Los COV están presentes en casi todas las pinturas tradicionales y comerciales, según Paints for Life, una plataforma en línea que fomenta el desarrollo de pinturas y revestimientos sostenibles.
"Los COV son una amplia gama de gases o humos que se desprenden de las pinturas y son potencialmente peligrosos desde los primeros momentos de exposición hasta, en algunos casos, años después, al realizar trabajos de reparación, es decir, pueden emitir toxinas en el aire interior, que luego son inhaladas por las personas que se encuentran en la habitación", señala.
En los últimos años, los promotores han empezado a trabajar en alternativas menos nocivas. Uno de los ejemplos más notables es Airlite, un proyecto financiado por la UE que desarrolló una pintura que utiliza "nanopartículas en lugar de productos químicos tóxicos que descomponen los COV y los contaminantes del aire, al tiempo que repelen bacterias, virus y esporas de moho".
¿Cuál es el nuevo sector que puede optar a la etiqueta ecológica?
El segundo sector con mayor número de productos galardonados es el del papel (28.697), seguido de los artículos de limpieza (14.912). El turismo también está en alza, con cerca de 900 establecimientos que ya cumplen las normas Ecolable, y más de 60 licencias concedidas desde principios de año.
La lista de sectores elegibles se ha ampliado ahora para incluir incluso productos para el cuidado de mascotas, después de que un champú para perros producido en Cataluña se convirtiera en el primero de su categoría en recibir la certificación.
¿Cuánto cuesta solicitarla? ¿Las empresas que cumplen los requisitos obtienen reducciones fiscales?
Las etiquetas ecológicas pertenecen a la familia de la Organización Internacional de Normalización (ISO). En concreto, bajo la ISO 14024 de Tipo I, según la Universidad de Maastricht. La etiqueta puede concederla un organismo público o una parte privada, como ONG, grupos industriales o una combinación de partes interesadas.
Los solicitantes deben seguir unos pasos predeterminados indicados por las autoridades de la UE. No hay un único organismo de la UE que conceda la certificación; la decisión la toma cada organismo nacional pertinente.
Obtener la etiqueta ecológica no es gratis. Las solicitudes oscilan entre 200 y 350 euros para las microempresas, mientras que las tasas para las PYME van de 200 a 600 euros. Las solicitudes de las demás empresas cuestan entre 200 y 2.000 euros.
No obstante, existen algunos descuentos. Por ejemplo, las empresas registradas en el Sistema Comunitario de Gestión y Auditoría Medioambientales (EMAS) pueden disfrutar de una reducción del 30%, mientras que las certificadas según la norma ISO 14001 obtienen un 15% menos. Ambos descuentos no son acumulables.
Además de la tasa de solicitud, es posible que haya que pagar una tasa anual. Puede ser fijo o basarse en las ventas anuales del producto en la UE. La certificación de la etiqueta ecológica no concede ninguna reducción fiscal en sí; sin embargo, ser elegible puede aumentar las posibilidades de acogerse a regímenes fiscales que recompensan las prácticas ecológicas.