El grupo de Medio Ambiente de la Eurocámara respalda el acuerdo sobre reducción de emisiones de CO2 para 2040
Los eurodiputados de la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo respaldaron el lunes la revisión de la legislación climática de la UE, que establece que los Veintisiete deberán reducir en un 90% las emisiones de gases de efecto invernadero para 2040.
La posición del Parlamento coincide con el texto acordado por los Estados miembros el pasado 5 de noviembre, tras largas negociaciones que introdujeron ciertas flexibilidades políticas destinadas a ayudar a los países de la UE a alcanzar el objetivo del 90% sin poner en riesgo la competitividad de sus industrias.
La votación, con 55 votos a favor y 32 en contra, despeja el camino para que el pleno de la Eurocámara apruebe la revisión de la controvertida ley del clima de 2040, tras varios retrasos y tensiones internas.
El texto mantiene los puntos clave, como el objetivo de reducción del 90% respecto a los niveles de 1990 y la posibilidad de utilizar hasta un 5% de créditos de carbono para compensar el bajo rendimiento de ciertos sectores. Otro 5% se incluirá en una cláusula de revisión, por si los Estados miembros necesitan compensar la falta de sumideros naturales de carbono, como los bosques fuera del bloque.
El eurodiputado español Javi López, del Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas (S&D), ponente del expediente en el Parlamento, celebró el resultado como una "señal clara" del compromiso del bloque con el liderazgo climático.
"El S&D ha trabajado incansablemente para garantizar que el objetivo de 2040 refleje tanto la ambición como la justicia social: queremos proteger nuestro planeta y garantizar que nadie se quede atrás. Ahora debemos centrarnos en proporcionar las herramientas, la financiación y la estrategia industrial necesarias para que esta transición sea un éxito", dijo López.
En general, solo se han introducido "cambios menores", señaló el legislador neerlandés Gerben-Jan Gerbrandy (Renovar Europa), que también participó en las negociaciones.
Créditos de carbono internacionales
La modificación más destacada es una redacción más firme sobre los créditos internacionales, que deberán ser de "alta calidad" y "alta integridad", una referencia incluida originalmente por la Comisión Europea pero eliminada después por el Consejo.
El Parlamento también reclama regular la compra y el uso de estos créditos para asegurar que se traduzcan en reducciones reales de emisiones en países no pertenecientes a la UE.
Los acuerdos sobre créditos de carbono deberán estar sujetos a "salvaguardias sólidas que garanticen la integridad, eviten la doble contabilidad, la gobernanza transparente y metodologías sólidas de seguimiento, notificación y verificación", según el texto aprobado.
Además, los eurodiputados instaron a la Comisión a evaluar criterios más estrictos que los previstos en el Acuerdo de París. El alemán Tiemo Wölken (S&D) reconoció que el resultado no era tan ambicioso como deseaban los socialistas, pero destacó que el consenso alcanzado era "mejor que ningún acuerdo".
"El Parlamento ha mostrado responsabilidad y unidad frente al escepticismo climático y el populismo. Seguiremos presionando para que se tomen medidas más contundentes, se invierta más en empleos verdes y se llegue a un acuerdo justo para los trabajadores y las comunidades más afectadas por la transición", afirmó Wölken.
Por su parte, la eurodiputada austriaca Lena Schilling (Verdes/ALE) lamentó la inclusión de los créditos internacionales, calificándolos de "laguna jurídica" que "debilita nuestra ambición climática".
"Ya que los Estados miembros exigieron su uso (de créditos internacionales), al menos debemos asegurarnos de que tienen un impacto climático real y verificable; de lo contrario, corren el riesgo de socavar nuestros objetivos climáticos y costar miles de millones a los contribuyentes sin reducir las emisiones", advirtió Schilling.
El acuerdo fue negociado por el Partido Popular Europeo (PPE), Socialistas y Demócratas (S&D), Renovar Europa y el grupo Verdes/ALE, que forman la mayoría centrista favorable a la Comisión.
Estos grupos, que representan una amplia mayoría en la Eurocámara, allanaron el camino para la aprobación del texto en la comisión de Medio Ambiente este lunes, dejando listo el terreno para su votación definitiva en el pleno del jueves en Estrasburgo.