Crítica del álbum 'LUX': El regalo musical de Rosalía al mundo que no cesa
Entre sus dos álbumes de estudio anteriores, 'El mal querer' (2018) y 'Motomami' (2022), Rosalía ha demostrado dominar los lenguajes musicales del flamenco y el cante tradicionales, el R&B latino y el reggaeton, incluso las influencias orientales salpicadas a lo largo de Motomami.
Ha sabido hacer malabarismos, mezclar y combinar las diversas influencias y estilos en un sonido cohesivo y accesible.
Ahora, la cantante catalana Rosalía Vila Tobella ha conseguido entretejer en 'LUX' su amplia formación de conservatorio, fusionándola en una experiencia casi revolucionaria de grandiosa ópera barroca, inquietantes rangos vocales y melodías trascendentales salpicadas de afilados efectos electrónicos y líneas de base punzantes.
'LUX' es probablemente el trabajo más completo de la todavía corta discografía de la cantante, pero también uno que, a pesar de todo su ingenio y provocación, parece un paso casi natural en su evolución estilística.
Rosalía se lanza de cabeza a la lucha contra Dios, el sexo, las convenciones pop, el amor, el abandono, la muerte, la libertad... y todos juntos dan a luz a un brebaje volátil en el que los niveles de emociones histéricas y revelaciones sólo son igualados por la inmaculada artesanía que une el álbum.
En 'LUX', Rosalía expresa su visión de forma clara e inmediata. El primer tema, 'Sexo, Violencia y Llantas', seduce al oyente con una angustiosa melodía de piano antes de plantear la pregunta central sobre la que pivota todo el LP:
"¿Quién podría vivir entre los dos
Primero amar al mundo, luego amar a Dios".
Pero cuando la canción se acerca a su conclusión y los sonidos etéreos de las cuerdas dan paso a un crescendo percusivo, aumentando nuestras expectativas de una resolución satisfactoria, el tema termina de repente y nos quedamos con más preguntas que respuestas.
El mensaje de Rosalía es que ésta no va a ser una experiencia auditiva de fácil confort y gratificación instantánea. Se nos invita a seguirla en un viaje de autodescubrimiento. Pero si queremos entender la historia de Rosalía en LUX, será mejor que nos preparemos para el viaje.
Y menudo viaje.
A lo largo de 18 temas divididos en cuatro movimientos, Rosalía se revela en toda su vulnerabilidad. Desde las diatribas contra un Casanova infiel sobre una juguetona melodía de vals en 'La Perla', ("La lealtad y la fidelidad/ Son lenguajes que él nunca entenderá/ Su obra maestra, su colección de sujetadores") hasta las lacrimosas arias cantadas en italiano en 'Mio Cristo Piange Diamanti'.
Muestra su lucha contra una pareja posesiva en su single principal Berghain, en el que aparece el icono del alt-pop Björk pidiendo una "intervención divina", mientras el artista estadounidense Yves Tumor da una perspectiva alternativa desde uno de los psicodramas de Mike Tyson, "I'll fuck you till you love me".
Y aunque la orquesta clásica es el sonido central del álbum, algunos de sus mejores momentos son cuando Rosalía lo rompe con fragmentos de frivolidad y sonidos familiares, como la ocurrente
'Novia Robot', sobre un modelo de sumisión femenina que se puede comprar, o la magistral combinación de flamenco español, fado portugués y violines rimbombantes en Nuevo Mundo.
Por último, el regalo de despedida es el tema que cierra el álbum, 'Magnolia'. Una pieza ascendente en la que Rosalía imagina su ataúd adornado con flores mientras se lamenta de la impermanencia de la vida con el acompañamiento de órganos y coros de iglesia. Se prepara para terminar con un estallido, pero lo hace con un gemido, con notas persistentes que nos dejan anhelando un final material.
Pocas veces en una generación aparece un sonido que va tan radicalmente en contra de las convenciones de un género que redefine sus propios límites.
La unión de Bob Dylan de letras folk conmovedoras y sonidos de rock eléctrico en 'Highway 61 Revisited' obligó a sus contemporáneos a modificar el propio vocabulario utilizado al hablar de rock and roll. El amplio abanico emocional y estilístico de Kanye en '808s & Heartbreak' sigue siendo probablemente el álbum de rap que define este siglo, con cientos de obras en las listas de éxitos desde entonces que deben sus orígenes e inspiraciones a Ye.
Ahora bien, decir que 'LUX' de Rosalía tendrá la misma influencia y capacidad de permanencia es imposible, sobre todo en un mundo en el que la música pop se produce a un ritmo vertiginoso, con una precisión algorítmica y para lapsos de atención cada vez más cortos.
Pero en ese sentido, 'LUX' puede leerse como una protesta contra esas mismas condiciones. El cuarto álbum de estudio de Rosalía se define por sonar completamente distinto a todo lo demás.
Y aunque no es lo más fácil de digerir, los temas que probablemente no resonarán con todos los oyentes, estar al tanto de un viaje y una transformación tan completos, espectaculares, seductores y técnicamente completos es un privilegio en sí mismo.
Sobresaliente 9/10.