El alemán Merz se enfrenta a un camino difícil para levantar las normas sobre el freno de la deuda

El líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU), Friedrich Merz, hizo este jueves concesiones a los políticos de Los Verdes con la esperanza de que estos le presten un apoyo esencial para su multimillonario plan de gasto. Merz y la CDU, junto a su posible socio de coalición, el Partido Socialdemócrata (SPD), dieron a conocer la semana pasada sus planes para levantar el "freno a la deuda" de Alemania, que se incluyó en la Constitución alemana en 2009, en plena crisis financiera mundial. Este freno restringe fuertemente la capacidad del Gobierno germano para obtener nuevos préstamos.
A lo largo de los años, las estrictas normas fiscales del país han creado quebraderos de cabeza a los sucesivos Gobiernos cuando intentaban recaudar fondos para responder a las crisis. Se suspendieron en 2020 cuando el Estado intentó hacer frente a la pandemia de COVID-19. El año pasado, una disputa sobre su reforma provocó la ruptura de la coalición gubernamental del país, que estaba formada por tres partidos políticos.
La semana pasada, la CDU y el SPD propusieron eximir los gastos destinados a Defensa que superen el 1% del PIB alemán del freno de la deuda, que actualmente fija el déficit estructural en un máximo del 0,35% del PIB del país. La propuesta también crearía un fondo de 500.000 millones de euros para invertir en las maltrechas infraestructuras alemanas durante la próxima década, además de flexibilizar las normas de endeudamiento de los dieciséis estados federados alemanes.
Sin embargo, la formación de Los Verdes, que lleva tiempo defendiendo la reforma del freno de la deuda, se interpone ahora en el camino de Merz. Aunque el partido apoya la modificación del freno de la deuda, sostiene que las propuestas presentadas no abordan la necesidad de invertir en la transición energética de Alemania. Los políticos de Los Verdes han presentado su propio proyecto de ley, que amplía la definición de "Defensa" y recurre más a fondos del presupuesto actual del Gobierno.
Merz intenta apaciguar a los políticos de Los Verdes
El jueves, Merz y el SPD intentaron apaciguar a los políticos de Los Verdes ofreciendo desviar 50.000 millones de euros de los fondos especiales al Fondo de Transformación del Clima, un presupuesto federal plurianual creado para financiar medidas políticas de transición climática y energética. Merz también admitió que el alcance del gasto en Defensa se ampliaría para incluir la defensa civil y el gasto en Inteligencia. "¿Qué más quieren de nosotros en tan poco tiempo?", preguntó Merz.
Los Verdes, sin embargo, se mantuvieron firmes en sus críticas, y la líder del grupo parlamentario del partido, Katharina Dröge, argumentó este jueves que el "trasvase de miles de millones de euros" de un fondo a otro no debería ser el objetivo del proyecto de ley, defendiendo que se añada la palabra "adicional" a la propuesta. El partido señala temer que, sin salvaguardias como la palabra "adicional" añadida, el dinero que se recaude a través de la propuesta se utilice simplemente para cumplir las promesas electorales de la CDU y el SPD.
Merz y el SPD dependen en gran medida de los votos de los Verdes para aprobar la propuesta en el antiguo Parlamento del país, ya que el ajuste del freno de la deuda requiere el voto mayoritario de dos tercios del Bundestag. La nueva composición del Parlamento, que se reunirá el 25 de marzo, significaría que, sin Los Verdes a bordo, Merz necesitaría los votos de Alternativa para Alemania (AfD) y La Izquierda para sacar adelante la medida. Sin embargo, ambos partidos se opusieron tanto a la propuesta de freno de la deuda que presentaron demandas urgentes ante el Tribunal Constitucional del país para impedir que se celebrara el debate.
Apoyo de los expertos, pero retos por delante
El ajuste del freno de la deuda cuenta con la aprobación general de los economistas del país, y el desacuerdo radica principalmente en la redacción de las propuestas del Gobierno. Jens Südekum, que junto a otros tres economistas elaboró la propuesta en la que se basan los planes de la CDU y el SPD, dijo que falta la palabra "adicionalidad" para que las propuestas sean más sólidas.
"Tenemos que asegurarnos de que si hacemos esta reforma de la quiebra de la deuda, el dinero adicional sólo se destine al Ejército y las infraestructuras", dijo Südekum a 'Euronews'. "Tenemos que comprometernos muy firmemente a decir: de acuerdo, todo el dinero se destina adicionalmente a infraestructuras, inversión y Ejército".
La influyente economista Veronika Grimm, del Consejo Alemán de Expertos Económicos, también ha expresado su preocupación por las propuestas, declarando a los medios nacionales que el problema de las medidas está en su "diseño".
"Existe el riesgo de que sus efectos negativos superen a los positivos, contrarrestando así el efecto pretendido", escribió Grimm en una carta abierta a la comisiónmpresupuestaria del Bundestag. Sin embargo, Grimm también ha admitido que es necesario aumentar el presupuesto de Defensa. "Sin reformas, este es un camino para caer en un abismo", declaró al periódico 'Neuen Osnabrücker'.
Südekum declaró a 'Euronews' que, aunque los Verdes están creando problemas a Merz y al SPD, la mayor catástrofe seguiría siendo que no se acordara ningún paquete ni ajuste. "Nosotros (Alemania) llevamos cinco años estancados. Estamos entrando en sucias guerras arancelarias con EE.UU., tensiones geopolíticas, y Donald Trump no negocia con perdedores. Así que, básicamente, sólo podremos sacar adelante nuestros intereses si negociamos desde una posición de fortaleza económica", dijo Südekum.
El propio Merz ha enmarcado el paquete de varios millones de euros como vital "a la luz de las amenazas a nuestra libertad y paz en el continente". "El mundo está mirando", dijo Merz el jueves, mientras el reloj avanzaba y los Verdes no daban señales de alinearse con el proyecto.
Merz se enfrenta a varios días de negociaciones con los Verdes para conseguir que el partido apoye sus propuestas antes de la votación del 18 de marzo. El proyecto de ley también debe pasar por el Bundesrat, o Cámara Alta alemana, que representa a los gobiernos de los 16 estados federados del país. La CDU, el SPD y los Verdes necesitarían el apoyo de un partido más para que el proyecto sea aprobado.
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