Cómo la religión ortodoxa se convirtió en un arma de guerra híbrida en las elecciones moldavas

Con vistas a las elecciones parlamentarias del 28 de septiembre, la UE advierte de que Moldavia se ha convertido de nuevo en objetivo principal de las campañas rusas de desinformación. Las autoridades de Chisináu han identificado varias vías por las que Moscú intenta influir en las orientaciones geopolíticas de este país centroeuropeo de casi 2,5 millones de habitantes, la mayoría de ellos con pasaporte rumano de la UE.
Según los expertos en seguridad moldavos, una de las tácticas más insidiosas desplegadas por los estrategas rusos de la guerra híbrida es la utilización de la Iglesia ortodoxa rusa, presente en el país, que está siendo utilizada como herramienta para difundir la propaganda de Moscú y contribuir a organizar campañas de desinformación.
"En este momento, tenemos diez áreas principales en las que Rusia está actuando e intentando desestabilizar la República de Moldavia y, por ejemplo, la utilización de la Iglesia en nuestro país con fines propagandísticos y de desinformación en interés de la Federación Rusa", afirma Daniel Vodă, portavoz del Gobierno moldavo.
La Comisión Electoral Central ya ha registrado casos de sacerdotes implicados en actividades de propaganda política. La autoridad electoral de Chisináu advierte de que la implicación de la Iglesia en la campaña electoral es contraria a la ley y ha pedido a los representantes de las confesiones religiosas que se abstengan de actividades políticas.
En Moldavia no existe una Iglesia ortodoxa independiente, como en otros países ortodoxos. La Iglesia moldava es un cuerpo episcopal autónomo bajo la autoridad eclesial del patriarcado de Moscú.
Según Andrei Curăraru, analista de la ONG WatchDog, el claro objetivo de Rusia es ralentizar o detener definitivamente la adhesión europea de Moldavia, y mantenerla en la zona gris de influencia de la Federación Rusa "utilizando esta arma geopolítica que es la Iglesia Metropolitana de Moldavia (bajo el patriarcado de Moscú) sobre las mentes y los votos de la gente que asiste frecuentemente a misa en la República de Moldavia" dice Curăraru.
Las elecciones moldavas son claves para la UE
Vistas desde Bruselas, las elecciones moldavas del 28 de septiembre serán una fecha crucial para el futuro de Moldavia. Si los partidos prorrusos ganan las elecciones y gobernarán el país, es probable que se congelen las negociaciones de adhesión a la UE, como ocurrió con Georgia el año pasado.
El actual Gobierno moldavo pro-UE ha pedido repetidamente a la UE que desvincule las negociaciones de adhesión de las de Ucrania para obtener un proceso acelerado. Sin embargo, la UE duda en hacerlo para no enviar señales negativas a Kiev.
Según la comisaria de Ampliación de la UE, Marta Kos, que estuvo en Chisináu este jueves, Moldavia ha cumplido todos los criterios para iniciar las negociaciones de adhesión. Sin embargo, en rueda de prensa, Kos señaló: "Moldavia ha hecho los deberes desde el punto de vista técnico, que es mi responsabilidad (el perímetro de la Comisión Europea), pero por supuesto también necesitamos el apoyo político de los Estados miembros". Varios gobiernos se mantienen cautos y ambivalentes a la hora de desvincular los procesos de ampliación moldavo y ucraniano.
El presidente del Consejo de la UE, António Costa, declaró este jueves en Bucarest que los Estados miembros de la UE acordaron abrir "negociaciones de preadhesión" con Moldavia tras las próximas elecciones.
El martes 9 de septiembre, la presidenta de Moldavia, Maia Sandu, hablará ante el hemiciclo del Parlamento Europeo en Estrasburgo sobre los peligros y riesgos de las injerencias rusas en su país e intentará convencer por última vez a los Estados miembros de la UE para que den luz verde definitiva al inicio de las negociaciones de adhesión.
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