Grabysur: de taller de grabados a proveedor aeroespacial para Airbus y defensa

En los años ochenta, Fernando Besa Rueda recorría España vendiendo placas de latón para anunciar médicos o notarios, y botoneras de ascensores. “A veces las veo aún en algunas puertas y reconozco si son mías”, recuerda.
Tres hijos: misma ambición, otro futuro posible
Relevo. El fundador de Grabysur, Fernando Besa Rueda, sigue al frente, pero el relevo ya está en marcha. Sus tres hijos lideran las áreas de Calidad, Producción y Diseño, y también se han incorporado como socios minoritarios. “Era importante que empezaran a sentir la empresa como suya, no solo como su futuro, sino como su presente”, explica.
Valores. El liderazgo compartido se apoya en una cultura de empresa marcada por la exigencia técnica y el cuidado del ambiente humano. “Aquí se trabaja mucho, pero también sabemos que la vida es algo más que trabajar”, señala Besa. “Nuestra fuerza está en las personas. La tecnología sola no hace empresa”, cree.
Alta precisión en cada tecla, pantalla y panel militar
Grabysur no solo fabrica, sino que diseña, integra y repara cada uno de los componentes que produce para sus clientes del sector defensa, aeronáutico, naval y terrestre. Esa capacidad de asumir el ciclo completo de los productos HMI (human-machine interface) es lo que, según su fundador y presidente, Fernando Besa Rueda, los ha situado como “una referencia para los grandes contratistas europeos”.
Entre los productos más demandados están los keypads, pequeños teclados retroiluminados que se integran en cabinas o paneles de control y se usan en aeronáutica y defensa. También produce bezels, estructuras o marcos donde se introducen instrumentos y pantallas para el acabado técnico y la correcta integración electrónica del conjunto. Las FCU (flight control unit), unidades de control que permiten al piloto introducir parámetros clave de vuelo, como altitud o velocidad, y son parte esencial del sistema de guiado automático. Y las MFD (multi-function display), pantallas multifunción que concentran información crítica sobre navegación, motores o sistemas de armamento, en función del tipo de aeronave o vehículo.
Todo ello se fabrica con materiales especiales, tolerancias milimétricas y retroiluminación compatible con visión nocturna (NVIS), y debe funcionar sin fallos en condiciones extremas. “Nuestro compromiso es poder fabricar desde una unidad hasta miles, y hacerlo a medida de cada cliente”, arguye Besa. Esa flexibilidad solo es posible porque esta industria sevillana ha interiorizado procesos que otras empresas subcontratan: ingeniería, industrialización, integración y mantenimiento. Destina cada año el 10% de su facturación a I+D+i.
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