Sobrevivir en la Cuba más desigual


La Cuba de mediados de 2025 es en realidad dos Cubas: una puede contarse, por ejemplo, desde la Torre K, un imponente hotel de lujo de 41 plantas, 155 metros de altura y 600 habitaciones inaugurado este año en el barrio de El Vedado de La Habana, gestionado por la empresa española Iberostar y propiedad del conglomerado empresarial del ejército cubano Gaesa. Desde el mirador de la terraza del piso 32 del rascacielos, que tiene un enorme restaurante y una piscina que en una tarde de finales de julio estaban vacíos, se ve la belleza de una ciudad por la que —desde arriba— no parece pasar el tiempo: el mítico cine Yara, la heladería Coppelia, los hoteles Habana Libre y el Nacional, y, al fondo, en medio del centro histórico de edificios desconchados, el Capitolio y el inmenso mar Caribe.




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