La conexión secreta entre Nintendo y ‘Eva María se fue’: así triunfó en el mundo el videojuego español

Mucho antes de que hacerse rico jugando a videojuegos fuese algo concebible, las cifras más mareantes estaban en las máquinas recreativas. Puntuaciones absurdamente altas e inalcanzables que iban acompañadas del nick con el que se identificaran las leyendas locales, jugadores en torno a los que se formaban corrillos a lo largo de eternas partidas, donde los clientes del bar, lejos de enervarse por la espera, se sentían privilegiados viendo esas pantallas del juego a las que ellos nunca llegaban. Al principio del documental Tribute, que se estrenó el pasado jueves en Amazon Prime Video, el director Nacho Vigalondo recuerda a Pindorro, figura casi mitológica a la que, de niño, contemplaba hipnotizado frente a la máquina en la villa cántabra de Cabezón de la Sal, su lugar de nacimiento. Traído al lenguaje actual, bromea el cineasta en el mediometraje, Pindorro fue el primer gamer a cuyo canal se suscribió.
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