La lucha por la autonomía estratégica corporativa en la infraestructura IA

El mercado de los chips de inteligencia artificial (IA) se articula en torno a una compleja y tensa relación de interdependencia entre Nvidia –el proveedor dominante del hardware– y el selecto grupo de grandes tecnológicas de EE UU. La cuenta de resultados de Nvidia depende de los aceleradores IA que sea capaz de suministrar a los centros de datos de las compañías que lideran los servicios digitales. Al mismo tiempo, el futuro del negocio de las segundas depende de desplegar infraestructuras de IA de alto rendimiento que –hoy por hoy– solo es capaz de suministrar Nvidia. Entre ambas partes existe una lucha por la autonomía estratégica corporativa, no menos feroz que la de carácter geopolítico entre EE UU y China.
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