Cuando el tiempo sabático se hace realidad: “Me he tomado unos meses para agradecerle a la vida todo lo que me ha dado”
“Necesito barbecho”. Así anunció Pablo Alborán un parón temporal en su carrera el pasado año. Una estela que ha seguido ahora el grupo musical Vetusta Morla: “Nos apartarnos para fortalecernos”, y de la que se hacían eco estos días Ana Mena: “Echo el freno para respirar” y Lola Índigo: “Estoy agotada mentalmente”. Tomar distancia unos meses, y hasta un año sabático, es una tendencia que arraiga en las plantillas. Los trabajadores piden tiempo a sus empresas. “Un movimiento global e imparable que hace añicos el modelo laboral establecido. Avanzamos hacia una hiperpersonalización del empleado. Y esto va a pasar”, vaticina el director general de talento de ManpowerGroup, Orestes Wensell. Según un informe de Worldatwork, un 27% de las organizaciones mundiales ya ofrece sabáticos no remunerados (frente al 18% de 2016) y un 10% los retribuye.
Tendencia entre pymes y ‘start-ups’
Pymes y start-ups se suman al carro de los descansos de las plantillas para empatizar con empleados jóvenes o porque su actividad se enmarca en sectores sensibles donde “transmitir empatía, tranquilidad y positivismo al cliente representa un alto porcentaje en la buena marcha de tu servicio”. Así habla la propietaria de la clínica Natividad Lorenzo que lleva su nombre: “Si detecto una empleada baja de energía y que no está al 100%, comentamos el caso y no tengo problema para darle días de descanso. Aunque exige reorganizar turnos y, a veces, prolongar mi jornada laboral, el equipo transmite cuidado y sensibilidad si los sienten como tal”, señala.
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