Las agencias de ‘rating’ ponen a examen a las ‘stablecoins’ ante el auge de este mercado

El mercado cripto ha dejado de ser un territorio lejano o desconocido. Su conexión con las finanzas tradicionales se ha intensificado en los últimos años, con empresas cotizadas que incorporan bitcoin a sus balances, la gran banca ofreciendo activos digitales a sus clientes y fondos activos y pasivos aumentando su exposición a estos activos. Esta creciente interconexión sitúa a las empresas del sector bajo las reglas del juego de las finanzas tradicionales. Así, las agencias de calificación crediticia, como Moody’s o Standard & Poor’s, comienzan a poner nota a emisores cripto y activos como stablecoins, tal y como lo hacen con empresas, países, emisiones de deuda o instituciones públicas, ante el auge imparable de este mercado.
Metodología de Moody's
Moody’s evaluará cada tipo de activo dentro de las reservas que respaldan a una stablecoin, analizará su calidad crediticia utilizando la calificación del propio activo y de las contrapartes asociadas. Posteriormente considerarán los activos de la reserva de forma conjunta, las restricciones de inversión establecidas por el emisor y calcularán la calidad crediticia promedio del conjunto de reservas: para hacerlo tomarán en consideración tanto el promedio ponderado como la calidad crediticia más baja de los activos considerados.
Asimismo, analizará el riesgo de valor de mercado de cada activo de reserva, en función de su tipo y vencimiento, y las distintas medidas implementadas por el emisor, así como sus obligaciones contractuales y regulatorias. También incluirían en su análisis la evaluación del riesgo operativo, de liquidez, el riesgo tecnológico de la stablecoin y otras consideraciones.
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