Paris Hilton: “He aprendido que amarte a ti misma no es arrogante. Deberíamos poder celebrar quiénes somos sin complejos”

Desde hace 44 años, Paris es mucho más que una ciudad. La heredera que devoraba fiestas e hizo de la baby-voz su accesorio más característico (con permiso de su chihuahua, Tinkerbell) ha cambiado las copas por los biberones y se ha apropiado de su propia voz… Literalmente, porque era parte de un personaje que, como hicieron otros iconos oxigenados como Marilyn Monroe —el periodista Hugo Rifkind asegura que Paris es “la Marilyn Monroe del siglo XXI”— y Jayne Mansfield, era fruto de una interminable actuación. “No soy una rubia tonta, solo soy muy buena fingiendo ser una”, dijo entonces. Supo hacer de la fama su profesión y lejos de limitarse a gastar su fortuna, se aseguró de aumentarla con sus sesiones como dj, una marca de skincare, 30 fragancias, álbumes musicales y un inabarcable etcétera al que ahora suma un nuevo papel: es modelo de la campaña otoño-invierno de Karl Lagerfeld. El Káiser era fan del reality The Simple Life, en el que, junto a Nicole Richie, Hilton interpretó como nadie el rol de una bimbo alérgica al trabajo que acuñó un chascarrillo propio: “That’s hot”. “Karl me dijo que era uno de sus programas favoritos, algo que me pareció icónico. Él lo entendía. Fue un momento surrealista para mí y me hizo comprender el gran impacto cultural que tuvo el reality”, explica Paris, que llega la primera a nuestro encuentro virtual, demostrando así que el divismo no va en absoluto con ella… Y eso sí que es hot.
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