"No hemos votado a ChatGPT": el uso de IA por parte del primer ministro desata polémica en Suecia

El primer ministro sueco, Ulf Kristersson, ha generado polémica al admitir públicamente que utiliza con regularidad herramientas de inteligencia artificial (IA) para obtener una primera orientación sobre asuntos vinculados a su labor gubernamental.
En una entrevista concedida al diario económico 'Dagens Industri', el líder del Partido Moderado y jefe de la coalición de centro-derecha que gobierna Suecia, reveló que emplea plataformas como ChatGPT y el servicio francés Le Chat. Según explicó, estas herramientas son ampliamente utilizadas por funcionarios públicos como apoyo para identificar tendencias o contrastar perspectivas iniciales.
"Yo mismo las uso con frecuencia, aunque solo sea para tener una segunda opinión: ¿Qué hicieron otros? ¿Deberíamos considerar lo contrario? Ese tipo de preguntas", comentó Kristersson. Aclaró, no obstante, que el uso de IA no reemplaza la toma de decisiones políticas, sino que actúa como un instrumento de apoyo analítico.
Sus declaraciones, sin embargo, desencadenaron una oleada de críticas por parte de expertos en tecnología y ética digital. En un editorial, el diario sueco 'Aftonbladet' calificó el uso de IA por parte del primer ministro como parte de una "manía tecnológica" impulsada por las élites económicas, y advirtió sobre el riesgo de normalizar la dependencia de sistemas opacos en el ámbito de la gestión pública.
"Los votantes no eligieron a ChatGPT para gobernar"
Simone Fischer-Huebner, investigadora en informática de la Universidad de Karlstad, expresó su preocupación por posibles filtraciones de datos sensibles: "Hay que tener muchísimo cuidado", advirtió, subrayando que estas herramientas no están sujetas a los estándares de seguridad y transparencia exigidos en el manejo de información gubernamental.
Por su parte, Tom Samuelson, portavoz del primer ministro, negó que se utilicen sistemas de IA para procesar datos clasificados o información de inteligencia. Aseguró que "ningún contenido sensible desde el punto de vista de la seguridad se transmite a estas plataformas", y puntualizó que su uso se limita a análisis generales y evaluaciones preliminares.
Aun así, la profesora Virginia Dignum, experta en inteligencia artificial responsable en la Universidad de Umeå, cuestionó la conveniencia política de delegar confianza en este tipo de sistemas. En declaraciones al diario 'Dagens Nyheter', afirmó: "La IA no tiene opiniones políticas; simplemente parafrasea los puntos de vista contenidos en sus datos de entrenamiento". Y añadió: "Cuanto más se confía en ella para tareas simples, mayor es el riesgo de sobreestimar sus capacidades".
Concluyó señalando la necesidad de establecer límites claros: "Debemos exigir garantías firmes sobre la fiabilidad de estos sistemas. Los votantes no eligieron a ChatGPT para gobernar".
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